Por Carmen Isabel Maracara

Fotos: Cortesía A.C. Niña Madre

La Asociación Civil Niña Madre (ninamadre.org.ve) realiza labores de capacitación para generar alternativas de sustento económico y empoderamiento que abarca la dimensión psico social a muchachas que bien se preparan para ser madres o que podrían serlo, por lo que entran  en la población objetivo de la organización.

Dentro de estos talleres están los de bombonería, que si bien se iniciaron hace unos diez años, en los últimos tres a cuatro años se especializaron con facilitadores más expertos en el área de manejo del chocolate, además de incorporar con más firmeza la formación microempresarial, que incluye el apoyo en el financiamiento, promoción y comercialización de los productos.

Si bien al área le denominan bombonería, incluye también otros subproductos realizados con chocolate como chupetas, trufas, pastas para untar, rellenos para repostería y más recientemente, en un curso que se inició hace pocos días, en mayo 2017, la transformación de la manteca de cacao en barras de chocolate, dentro de la llamada tendencia Bean to Bar. Así lo explica Ángel Alfonzo, coordinador educativo de la A.C Niña Madre, quien habla con verdadero entuasiasmo del proyecto que busca que no se repita el esquema de la pobreza que forma parte de las razones que llevan a adolescentes y jóvenes a embarazarse, como modo de status social en comunidades populares.

Parte del nuevo reimpulso que recibió esta Asociación Civil se debe al apoyo más reciente de la Unión Europea, el que ha permitido ampliar la formación de las jóvenes para abarcar lo que se califica como un proyecto de vida y posibilitar otras vías de apoyo como el financiamiento a través de insumos, además del préstamo del espacio de la Asociación Civil para desarrollar los primeros proyectos de las emprendedoras. Y en el marco general, la atención al tema de la salud reproductiva y sexual.

Explica Alfonso que aunque también se realizan cursos de piñatería, ropa interior y de trajes de baño, maquillaje y bombonería, estos dos últimos son de los más demandados y de hecho, cada mes y medio, aproximadamente, se abre una nueva convocatoria para interesadas en el área del chocolate.

Formación para la vida

Con sus niños, embarazadas, a veces con sus parejas, o con sus madres, estas niñas­madres asisten y participan de una actividad que les cambia la vida, apunta Alfonzo. Agrega el coordinador educativo que la población objetivo incluye a adolescentes entre 12 a 19 años, madres jóvenes de 19 a 25 años y que tienen hijos y jóvenes que no tengan hijos, de cualquier edad, por prevención.

“Esto fue creciendo en el eje en el que nosotros trabajamos, ubicado en la zona de Valle­Coche, ya que nuestra sede se encuentra en la vereda 92 de Coche.  También incorporamos a parte de la población, que quizás no pertenece a esa población objetivo, pero que también podemos apoyar para que se desarrollen”, explica.

Las jóvenes llegan a través del posicionamiento que en la comunidad tiene esta asociación civil o a través de las redes sociales. También por la difusión que se hace en las actividades que se realizan en los colegios y liceos a través de la propuesta educativa, en el programa de educación sexual y de prevención. “En este caso, utilizamos el emprendimiento y la formación microempresarial en chocolatería, como una herramienta de prevención del embarazo en adolescentes”, añade.

“La prevención del embarazo precoz va mucho más allá de un curso, de un taller de educación sexual y de darles anticonceptivos a los muchachos: va más ligado a un proyecto de vida. Si no le transformas esa visión a las muchachas, y también a los varones (porque queremos formar padres responsables y ellos son también importantes);  si no le cambias ese chip de que ser mamá otorga status en las zonas populares, ellas lo van a seguir haciendo. Por ello es necesario incorporar proyectos de emprendimiento a ese proyecto de vida. Y por allí, la prevención”, agrega.

Números que hablan de esperanza

­ ¿Cuántas personas han capacitado en el área del chocolate?

­El año pasado, en el último cierre que hicimos, teníamos 140 personas formadas en bombonería. De esos 140 personas, alrededor de 80 hicieron el módulo completo: bombonería, formación microempresarial y el área de motivación, autoestima y habilidades sociales. La idea es que si una chica, además de tener ingresos como emprendedora, si no se siente bien internamente, no puede expresar su pasión por el oficio, ni puede atender bien a su hijo, porque no está contenta consigo misma. Para trabajar con chocolate, como sucede con otra área de la cocina, si no te sientes bien, la producción no va a salir bien. Estas muchachas vienen decaídas, con muy baja autoestima, problemas familiares y utilizamos el chocolate como un oficio que se puede emprender, pero también se les dan talleres relacionados con el empoderamiento de la mujer, se les posibilita que interactúen con otros emprendedores que tienen un camino recorrido. Que vean cosas distintas a su entorno, que aprendan técnicas de comunicación, de intercambio con los clientes, a través de las prácticas de comercialización como la participación en ferias.

­ ¿Qué permite la participación en ferias?

­ Más que el hecho de que vendan un producto, de que tengan contacto con un cliente, se trata de un ejercicio académico. Allí aprenden cómo llegarle a un cliente, a elaborar un inventario, a trabajar con equipo y manejar los costos. Para las ferias hemos contado con el apoyo de alianzas con la Fundación Bangente y Bancaribe, además de su soporte en microcréditos.

­ ¿Cómo se vinculan al proyecto?

­ El procedimiento es el siguiente: se hace una entrevista con la muchacha, se detecta qué le interesa. Si es la bombonería, luego se le informa del plan de formación microempresarial para que elabore su plan de negocios, para que el dominio del oficio la pueda llevar a algo rentable. Y luego, como existen una serie de barreras para emprender, se trabaja la obtención del capital y cómo comprar los primeros materiales. A los planes de negocios que tienen rentabilidad se les apoya con microcréditos, en materiales, en los primeros insumos que requieren para trabajar.

La AC Niña Madre, con sus jóvenes emprendedoras, ha participado en diversos eventos con éxito como la Feria Internacional del Chocolate en el Poliedro de Caracas y la Feria Expojuventud en Pdvsa La Estancia. Entre las emprendedoras que se han destacado en variados eventos y que elaboran productos de gran calidad se encuentran Dariannys Rada, que comenzó en la formación cuando estaba embarazada y que hoy asiste a las actividades con Dylan, su bebé; María Antonieta Moncada, de 17 años, quien no es madre, pero entra dentro de la población objetivo y Amanda Torres, una madre joven soltera de 30 años, con un hijo de 14 y otro de 10 años. “Ellas elaboran productos como bombones, chupetas, mermeladas, entre otros. Y sienten que el chocolate le cambió la vida”, explica Alfonzo.

Aunque esta asociación recibe precios diferenciales de materia prima por parte de un productor artesanal, está abierta a recibir apoyo de otros para consolidar su accionar social que permite mejorar la calidad de vida de estas jóvenes madres y sus hijos.