Texto: Joselina Rodríguez

Fotos: Liliana Elias

Cuando se recibió como Ingeniero Agrónomo, hace más de 32 años en la Universidad del Táchira, jamás se imaginó que la vida la conduciría por un camino fascinante de mazorcas y sabores, que sería conocida en Sur del Lago –y en buena parte de Venezuela- como la Biblia del cacao. Su nombre evoca respeto, admiración y afecto. Iraima Chacón de Ramírez es una mezcla divina de alegría, entusiasmo, inteligencia y eterna juventud. Con sus labios siempre pintados y el buen humor a la orden del día, Iraima reverdece el campo con su candidez, sus conocimientos y sus ganas de convertir un pedazo de tierra en fincas prósperas, y en dejar como herencia lo aprendido en más de tres décadas que lleva recorriendo los campos con el mismo ímpetu y curiosidad que la primera vez.

El cacao apareció y se adueñó de su vida hace 24 años atrás, extendiéndole una placentera invitación a conocerlo, estudiarlo, analizarlo morfológicamente, procesarlo, degustarlo y compartir esos conocimientos con la generación de relevo. Con cada anécdota y enseñanza de la preciada semilla, el rostro de Iraima se ilumina. Sus ojos brillan cual mujer enamorada, y sus palabras sobre el cacao demuestarn su amor hacia este aromático y exquisito fruto.

Iraima en el banco de Germoplasma de Cacao Porcelana, su lugar sagrado

Hoy, esta biblioteca humana nacida en el Municipio Lobatera del estado Táchira, se desempeña como Coordinadora del Centro Socialista de Investigación y Desarrollo del Cacao (Cesid-Cacao) en Corpozulia, donde no sólo labora como investigadora sino también como educadora. Desde esta vitrina se ha encargado de atender y educar a los productores de cacao en la región de Sur del Lago en Venezuela, una tarea que también realiza con estudiantes desde aulas de clases de educación primaria hasta universitaria. Sin duda, sus mejores lecciones las imparte fuera del salón, en las plantaciones, mientras explora cada árbol y su entorno.

Iraima hace del saber la mejor arma para empoderar a los que vienen atrás, emprendedores del cacao que entienden la importancia del cultivo no sólo como un elemento de identidad cultural venezolana, sino también como una fuerza económica para el desarrollo del país.

Inicios cautivadores

Los conocimientos del cacao venezolano los adquirió Iraima a través de los años por su paso en diversas entidades del país, lo que le permitió entrar en contacto con la naturaleza y explorar un sinfín de ecosistemas que le otorgan características particulares al rubro. Recuerda que al principio de su carrera profesional, trabajó con el coco, en el estado Falcón, hasta que la invitaron a trabajar con cacao en Corpozulia, sin pensar que se quedaría atrapada en este mundo, y sin ninguna intención de salirse.

Iraima es una gran guía para los productores

“Comencé a realizar recorridos por las montañas de Sur del Lago desde 1995 con mi amigo, Ramón Sánchez, quien físicamente ya no está, pero quien me enseñó mucho sobre cómo eran los tipos de cacaos, especialmente el criollo. En esos recorridos observamos que había una diversidad de cacaos de muchas formas y colores, incluso con almendras de color blanco o rosados muy hermosos, que pensamos que eran híbridos y no Criollos”, destaca.

Desde ese entonces, Chacón empezó a ubicar el material de siembra para los productores que buscaban plantas en Corpozulia, donde funciona un vivero en el que se propaga Cacao Criollo Porcelana, un tipo de cacao que no se desarrolla en gran parte del piedemonte andino, según lo explica la experta.

“El cacao en mi vida significa una lucha constante, por su importancia en el cultivo, el cuidado de sus plantas mediante las buenas prácticas agrícolas y el rescate de los cacaos criollos. Aprendí a conocer su potencial y comencé a apasionarme por esta semilla y ahora no sé hablar más nada sino del cacao, especialmente del Cacao Criollo Porcelana y criollos ancestrales, porque ellos llevan la historia de Venezuela, nuestro origen y el valor que le dieron nuestros indígenas para venerar a sus dioses”, dice.

Experiencia y conocimiento describen su ardua labor

La grata experiencia y el interés de esta profesional agrónoma, la llevaron a asumir el control del Banco de Germoplasma de Cacao, único en el mundo tras albergar Cacao Criollo Porcelana, Criollo Guasare y criollos recolectados en los estados Zulia y Táchira, según lo destaca Corpozulia en su portal web.

“En este lugar aprendí mucho sobre la importancia de las buenas prácticas agrícolas, para el buen desarrollo y productividad de la planta, así como su conservación en el tiempo. Por su inmenso valor, me vi en la necesidad de formarme un poco más en la genética del cultivo, y así aprender a identificar  los tipos de cacao, porque muchos productores dicen, por ejemplo, que tienen Cacao Porcelana, pero realmente ellos aún no saben identificar las verdaderas características del mismo. Por ello, es importante que cada productor conozca qué tipo de cacao posee, cómo se deben podar las plantas, cómo combatir las plagas y enfermedades, entre otras sugerencias”, expone.

Ejemplo de constancia

Desde hace 24 años, Iraima Chacón de Ramírez se ha convertido en punto obligatorio de referencia y consulta incluso fuera de Venezuela, por su amplia trayectoria y sed de conocimiento. Conoce de la historia del cacao en el país, de sus tipos, de sus diferencias, de las necesidades de las plantas y los productores, de ese éxodo urbano que ocurre actualmente en Sur del Lago y que le ofrece un nuevo rostro a esta región venezolana, gracias a la preciada semilla. No lo piensa dos veces cuando se le invita a conocer otras latitudes donde el cacao podría ser una novedad, y regala consejos a los nuevos productores con la generosidad que caracteriza a las grandes almas.

Una enamorada del cacao venezolano

Su jovial energía invita tanto a expertos como a novatos en el área cacaotera investigar qué hay en cada mazorca. Su entusiasmo y constancia la han hecho merecedora del cariño de muchos productores y estudiantes en Sur del Lago.

Con esta misma mirada la observa su familia, “su cacao más importante”. Iraima que siempre ha buscado la manera de poder estar cerca de los suyos y enseñarles el valor de su trabajo con el cacao. Aún quedan muchas plantaciones por descubrir, muchas almendras qué analizar, y mucho Cacao Porcelana que cuidar, para eso Iraima estará siempre al pie del cañón, lista y en la mejor disposición para enaltecer la semilla de Venezuela, el orgullo de Sur del Lago.