La ingeniería le hacía ojitos, cursó la carrera en la Universidad Central de Venezuela y lo único que le faltó para graduarse fue la tesis. Pero “¿cómo te retiras cuando te falta tan poco?”. “¿Sabes lo que significa graduarse de ingeniero químico?” Su respuesta era siempre la misma, corta y precisa: “eso no era lo que yo quería”.  Cambió los diagramas por el cacao, las calculadoras por termómetros  y la computadora por un horno.

Nunca es tarde para hacerle caso a la intuición y lanzarse a lo que desde afuera parece un abismo, el abismo de lo desconocido. Y a ella le encanta el precipicio, el reto, nadar contracorriente y saber qué hay del otro lado del cristal. Así es Paula Herrera, la que se le rebeló al pastor, la oveja que se desvió en búsqueda del color aplicado al chocolate.

A simple vista parece inaccesible, llena de tatuajes (todos ligados al cacao) y con un verbo que fácilmente puede mecerse entre hilos de humor negro. Lo que realmente oculta es una sensibilidad encantadora. Ama enseñar el oficio del chocolate y la pastelería, lo hace desde su umbral, el rincón favorito de su casa ubicada en la urbanización La Carlota de Caracas, un lugar pequeñito y lleno de mensajes positivos.

Paula Herrera es reconocida en el medio chocolatero como “la dura del color”, pero, de qué va esto realmente?  “El color es un elemento esencial para el arte, y cada vez que trabajo busco eso, crear arte” cuenta.  “Las personas llaman al hecho de pintar chocolate aplicar Colorimetría, pero realmente el concepto define la ciencia que estudia el color, así que es incorrecto. Lo adecuado sería decirle como es: pintar chocolate”.

El enfoque de Paula se basa en usar técnicas que apunten hacia un degradé, contraste o combinación inspirándose incluso en la naturaleza. “No se trata de lanzar colores al azar a ver qué sale, se trata de un trabajo artístico que inspire, que atraiga las miradas y te haga sentir que más que comerte ese chocolate, quieres verlo y apreciarlo”, señaló.

Tendencia en boga

El color aplicado al chocolate siempre ha estado presente, sin embargo, asegura que desde el 2014 la tendencia ha aumentado en Venezuela. “Ahora hay muchos colores nuevos y técnicas más limpias, como lo es temperar manteca de cacao y hacer arte jugando con los colores que hay en el mercado” agrega Paula.

Como es de esperarse, los colorantes también sufren el impacto de la escasez en el país, en especial los liposolubles (los que se diluyen en grasa, propicios para utilizar en chocolate) pero la necesidad activa la creatividad, por lo que Paula convierte los hidrosolubles (aquellos que se diluyen en agua) en otra opción para aplicar.

Parranda de cacaos

Paula Herrera no solo es reconocida por su pericia con el color, actualmente incusionó en el mundo del Bean to Bar y está haciendo sus propios chocolates. “Tengo una parranda de cacaos aquí, provenientes de varios sitios del país”. Tanto el blanco como el oscuro gozan un buen temperado y balance de azúcares, así como de excelente fluidez para la bombonería.

También es apreciada por su perfeccionismo y cuidado al trabajar, realizando cursos con pocos alumnos y con atención personal para cada uno de ellos.

Sus alumnos la definen como una apasionada de la enseñanza “no a todo el mundo le gusta transmitir lo que sabe, ella lo hace” dice Grace Delgado Hung, una de sus estudiantes quien además perteneció a la segunda cohorte del Diplomado de Ciencia y Tecnología de la UCV. “Además rompe los moldes tradicionales con respecto a la forma de temperar, a cómo usa el color, yo que antes era más reacia con eso de los colores porque me gustaba comerlos al natural. Pero luego de tomar su clase empecé a ver los bombones pintados como un arte y hasta como una terapia”, puntualizó.

La polémica es parte de su vida, su forma irreverente de encontrar sabores y colores causa gusto y disgusto entre quienes apuestan por lo nuevo y quienes son leales a lo ya establecido. Sus creaciones se reflejan con fotografías profesionales y entiende el significado del marketing, ella misma lleva sus redes y no pasa desapercibida.

Esa es otra clave de su éxito.