Por Joselina Rodríguez

Fotos. Liliana Elías

Tan noble ha resultado el cultivo de cacao, que hoy en día puede copiarse fielmente a través del injerto, un método de reproducción vegetativa que le otorga una nueva fuente de vida al grano. De acuerdo a Elizabeth Cáceres, técnico en el Área de Propagación del Cacao en CESID-Cacaoen Corpozulia, la técnica del injerto consiste en tomar una o más yemas de un árbol cacaotero adulto y unirla con una planta patrón, ésta última producida por una semilla de cacao y proveniente de árboles sanos, fuertes y de un buen comportamiento frente al clima, el suelo, las plagas y las enfermedades.

“Esta técnica permite mantener características idénticas de la planta madre. En pocas palabras, se trata de una clonación, de forma tal que la planta comienza a producir a temprana edad. Antes de realizar el proceso de injerto, seleccionamos los mejores árboles que son considerados élites, de los cuales se van a extraer las yemas para reproducirlos”, explica.

Según la especialista, cada yema originará una nueva copa de árbol igual de fuerte y productivo, considerando que la planta patrón tenga una edad comprendida entre los 3 y 4 meses, hasta lograr el grosor parecido al de un lápiz. Indica que antes de realizar el injerto, la planta debe estar regada y desinfectada.

Para la injertación es necesario escoger las mejores plantas

Obtención de varetas

Una vez seleccionadas las plantas élites de cacao, se eligen las varetas o porta yemas del grosor de un lápiz y se cortan de una longitud de 25 a 30 centímetros, según destaca la especialista de CESID-Cacao.

“La planta adulta debe tener entre 5 y 6 años, con mínimo de 2 cosechas de cacao. Después que se seleccionan las plantas productivas, se cortan las varetas y se insertan en la nueva planta. Las ramas escogidas deben ser jóvenes y no deben presentar ningún tipo de enfermedad o condición desfavorable. Se extraen muy temprano en la mañana y se trabajan ese mismo día para aprovechar la savia de la planta y así efectuar el injerto sin ningún tipo de inconveniente”, destaca.

Cada vareta debe contener entre 7 a 10 yemas. Una vez cortadas las varetas, se le sella en cada extremo con parafina derretida para así evitar perder la savia. Para llevar a cabo el proceso de injerto debe tenerse a la mano navajas, cintas plásticas para amarrar el injerto, cera de vela, tijera podadora, alcohol o cloro y algodón para desinfectar la navaja con cada corte.

El injerto contribuye a mejorar la producción de cacao

Preparación del patrón y la yema con injertación de chapado lateral.

El injerto de plantas es un mundo tan extenso como fascinante. Existen diversos tipos, tales como: Chapita, Microinjertación, injerto Malayo, de Lengüeta y de Copa, entre otros. En esta oportunidad explicaremos el el injerto de Enchapado Lateral.

Según Cáceres, dependiendo del tipo de corte a realizar, se preparará la planta patrón, a la cual se le hará una pequeña incisión en la corteza del tallo, permitiendo así su unión con la planta adulta. Dicho corte se realiza por debajo de la cicatriz de los cotiledones para evitar podas futuras erróneas, que puedan eliminar el brote original de la yema.

“Cuando se realiza un injerto se hace una pequeña hendidura en la planta patrón, de 3 centímetros por 8 milímetros de longitud en forma de U, luego se levanta esa corteza del tallo sin despegarla por completo, quedando como una especie de lengüeta que será el lugar donde se hospedará la yema. Posteriormente se extrae la yema de la vareta derivada de la corteza en forma de parche o rectángulo, que será introducida en ese espacio de la lengüeta para que la savia de ambas plantas puedan adherirse”, explica. Este proceso no debe extenderse a más de un minuto ya que de lo contrario comenzaría a oxidarse el tejido y se reduciría sustancialmente el porcentaje del pegue.

Mientras una planta normal tarda 5 años en producir su primera cosecha, la injertada reduce ese tiempo a los 18 meses o 2 años,

En cuanto queda realizada esta unión, se procede a amarrarse con una tira de plástico, dándose varias vueltas y fijando un nudo, para así proteger la yema. Después de 15 días se procederá a destaparse y cortar por completo la lengüeta, evidenciando definitivamente la unión de la yema injertada a la planta patrón.

“Después de haber quitado la cinta plástica, se va descopando la planta patrón, quitándose de entre dos y tres hojas. Seguidamente se sella con parafina para así evitar el derrame de la savia o atraiga la atención de algún insecto que dañe la planta. Posterior a este procedimiento, la planta injertada permanecerá bajo cuidado hasta que vaya tomando fuerza y se desarrolle, pues la misma será un clon de la planta madre”, enfatiza Cáceres.

El lapso estimado para que una planta injertada pueda desarrollarse por completo en un vivero es de 3 meses. Después de este tiempo la planta es sembrada en el campo o plantación, transcurriendo un año para que comience a dársele la respectiva poda en formación, que consta de ramas que resten simetría a la planta.

Dentro de las ventajas que posee esta nueva fuente de vida para la semilla del cacao, figura su producción a corto tiempo en comparación a una planta sin injertar que dura entre 4 y 5 años.

“Si una planta normal tarda 5 años para producir su primera cosecha, la planta injertada reduce ese tiempo a los 18 meses o 2 años, ya que se ha acelerado su tiempo de reproducción al injertarla con una o varias yemas de una planta fisiológicamente madura”, destaca la vocera de Cesid-Cacao.

Otra de las bondades es que puede reducirse la distancia de siembra obteniendo más árboles por hectárea, También se obtendrá una mejora sustancial en el manejo general de la plantación al ser árboles de porte sensiblemente más bajo en condiciones de poda frecuente. Bajo este escenario, sólo queda exaltar desde Vivaelcacao.com el inmenso potencial que tiene el cacao, cuyo cultivo ha resultado ser tan noble que permite reproducirse con plantas adultas, para así mejorar su productividad y otorgar satisfacciones a sus productores.