Por Juan Pablo Crespo / juanpamark
Fotos: Adrián Egea

Para ella el chocolate y, por extensión, el cacao, es más que un ingrediente de su pastelería. En sus propias palabras es una amalgama de “cultura, tierra y familia”. Andrea Dopico tiene en los sabores venezolanos parte de la ecuación de su vertiginoso éxito, que lejos de ofuscarla la mantiene concentrada en su aquí y su ahora.

Andrea Dopico Cafarelli es una chef venezolana con raíces españolas, de 25 años, a cargo de la pastelería del restaurante Moments de Barcelona, el mismo con dos estrellas Michelin ubicado en el suntuoso Hotel Mandarín Oriental de la ciudad condal. También es una de las integrantes de la lista de 30 jóvenes promesas menores de 30 años de la revista Forbes (30 Under 30 Europe), en la categoría “The Arts”.

Antes de ser seleccionada hace pocas semanas para la lista 30 Under 30 Europe, Dopico había participado (octubre 2016) en la final del campeonato internacional de postres Chocolate Chef Competition (C3) de Valrhona, en Nueva York. Allí, por cierto, fue la única mujer del grupo. El puesto entre los ocho finalistas se lo ganó a pulso en París tras imponerse en las semifinales con su plato Raíces, inspirado en la selva amazónica, y el Bombón Pisco Sour.

El verdadero éxito 

Por supuesto que todos estos triunfos la motivan a trabajar con más ahínco en la alta cocina, nos comenta, pero más allá de eso para ella el verdadero éxito es el orgullo que siente tras terminar su trabajo con cada crepúsculo que el almanaque trae consigo.

En Caracas estudió en el colegio Humbolt y durante aproximadamente 10 años practicó nado sincronizado. Varias medallas se colgó representando al país en competencias regionales. Luego se fue a Madrid, donde estudió Publicidad y Mercadeo, pero el rompecabezas que tenía en su cabeza no encontró su lugar adecuado hasta que decidió marcharse a Canadá a estudiar en el Pacific Institute of Culinary Arts, donde egresó como la mejor de su clase en el 2014. De allí pasó a trabajar en el restaurante Alto, en Caracas, del chef Carlos García, incluido por la revista inglesa “The Restaurant” en la lista de los 50 mejores restaurantes de Latinoamérica.

 La próxima parada de Dopico fue de nuevo Madrid, específicamente en el restaurante Club Allard, que también registra dos estrellas Michelin. Posteriormente aplicó por cuenta propia en Moments. Su iniciativa rindió sus frutos porque desde hace poco más de dos años trabaja en el restaurante de Carme Ruscalleda, una chef catalana que con sus siete estrellas Michelin es hoy la única mujer en el mundo con tantos astros acumulados sumando sus distintos restaurantes.

“Estoy inmensamente agradecida de las oportunidades (…). Lo que les puedo prometer es que esto es solo el comienzo”, nos dice Dopico. Mientras tanto, sigue enfocada en su aquí y su ahora: su último plato.

-¿Cómo y cuándo fue que te enganchaste con la pastelería de alta cocina?
-Siempre he tenido debilidad por los postres, sin embargo me tomo unos años darme cuenta que la pastelería seria mi profesión y pasión. En cuanto a la alta cocina, fue en Alto a manos de Carlos García (y un equipo increíble), el primer restaurante que me recibió, inexperta pero con muchísima ilusión…, allí me enamore de la adrenalina, los ingredientes, el ritmo, los sabores, y no hubo vuelta atrás.

-La pastelería exige un ejercicio constante creativo, de lo contrario, te quedas en el camino. En este sentido, ¿tienes o sigues alguna ruta para ejercitar la creatividad?
-Curiosamente en los momentos de mayor presión es cuanto me considero más productiva, no obstante esto no viene de la nada, y busco mantener mi mente estimulada de muchas maneras: yendo a exposiciones de arte, pasando tiempo en la naturaleza, comiendo en buenos restaurantes, etc.

La referencia
La cocina venezolana es para Dopico una especie de espejo donde se reflejan sus raíces y, por lo tanto, sus creaciones culinarias.

-¿Cómo es eso de la carta de postres con los clásicos sabores venezolanos con estándares de alta cocina?
-Para mí la alta cocina es buen producto, técnica y emoción. Los sabores venezolanos para mi forman parte de esta ecuación porque son mi referencia, con lo que crecí.

-Cuéntanos sobre tu experiencia con el cacao venezolano.
-Juego con la ventaja de ver el chocolate (el cacao) no como un ingrediente, sino como una cultura, tierra, familia… respecto al cacao venezolano María Fernanda Di Giacobbe “es mi pastor, nada me falta”.

-Dicen que los premios son para quienes los reciben una especie de compromiso para seguir haciendo las cosas cada vez mejor, ¿cómo crees  tú has asimilado la inclusión en la lista de los 30 Under 30 Europe de Forbes?
-Por supuesto que recibir este reconocimiento, me motiva a seguir esforzándome, y es la palmada en la espalda después del arduo trabajo que realizamos en cocina… Pero para mí el éxito y la satisfacción duradera esta en terminar cada día orgullosa de mi trabajo. No recuerdo el cocinero que dijo que “eres tan bueno como tu último plato”…  Y tiene toda la razón.

-Con apenas 25 años has tenido una carrera profesional vertiginosa, ¿qué conclusiones sacas de lo logrado hasta ahora?
-Tengo la suerte de contar con una familia y amigos que me ayudan a poner en perspectiva las vivencias de dos años, que si no hubiese compartido igual me serían difícil de entender. Estoy inmensamente agradecida de las oportunidades que he tenido hasta ahora, y los que les puedo prometer es que ¡esto es solo el comienzo!

Y si lo anterior es solo el comienzo, el tiempo se encargará entonces de traernos más y mejores noticias de Andrea Dopico, una chef pastelera venezolana que brilla cual estrella Michelin.