Por Yuly Carreño

Con el propósito de promover las potencialidades del cacao venezolano y así mejorar la calidad de vida de productores y habitantes en general, la Fundación Proyecto Paria, FPP, se ha convertido en una referencia cuando hablamos de la noble semilla en la Península de Paria, en el estado  Sucre, al noreste de Venezuela.

Aunque sus inicios estuvieron vinculados con el desarrollo del turismo a propósito de las bondades de la paradisíaca Playa Medina (mediante la creación de Corpomedina), sus esfuerzos se han concentrado no solo en el fortalecimiento del rubro a través de diversos proyectos productivos, sino también en la atención primaria en sectores como salud y educación.

Creada en el año 1989, la FPP está ubicada en pleno corazón del pintoresco pueblo de Río caribe, capital del municipio Arismendi. Durante todos estos años, quienes han formado parte de esta fundación sin fines de lucro han sido testigos de diversas etapas del cacao venezolano.

El resurgimiento del interés nacional por el fruto, el otorgamiento de créditos para el desarrollo de diferentes iniciativas y la salida de la FPP del proyecto de la Planta de Fermentación y Secado del Cacao o Planta Carioca por motivos con matices políticos son algunas de ellas.

Después de todos estos hechos, principalmente este último, la FPP no se ha detenido. Por  el contrario, ha continuado su labor siempre adaptada a la realidad nacional. Hoy la situación no es menos complicada. El complejo panorama económico ha obligado a sus miembros a buscar nuevas vías para mantener el apoyo al sector cacaotero.

Alianzas para mejorar

Desde hace 14 años Amelia Salazar forma parte de la FPP. Como directora ejecutiva, asegura que la alternativa más apropiada ha sido la alianza con diferentes empresas y organismos.

Es así como en el año 2013 iniciaron el Plan Cacao Nestlé, con el objetivo de ofrecer apoyo integral a los cacaocultores. “Muchas veces los productores creen que con la experiencia que han tenido manejan el cacao de manera adecuada, pero no poseen las herramientas para mejorar su calidad. Nuestros técnicos ofrecen asesoría, formación y capacitación para la aplicación de buenas prácticas agrícolas”, expresa.

Hasta ahora, asegura, los resultados han sido satisfactorios. Si bien algunos productores aún repiten los viejos métodos aprendidos de sus antecesores, otros están dispuestos a implementar nuevas técnicas para optimizar la siembra, cultivo y manejo postcosecha del grano.

De acuerdo con cifras de la FPP, a través del Plan Cacao se han propagado unas 200 mil plantas y al menos 600 productores de los municipios Benítez, Cajigal, Arismendi y Mariño se han beneficiado al incrementar la  productividad por hectárea.

Según explica la directora de la FPP, “lo que se busca es transformar el conocimiento empírico del productor en prácticas más formales que utilicen las ventajas de la tecnología”.

Centro de desarrollo cacaotero

Las diferentes actividades contempladas dentro del Plan Cacao Nestlé se llevan a cabo en el centro de desarrollo cacaotero en el sector de Guayaberos, en el municipio Arismendi, donde funcionan, entre otras áreas, el vivero principal y una central de beneficio.

La fundación administra también otros dos viveros fabricados de manera artesanal en los municipios Mariño y Cajigal. Durante este año se tiene previsto ampliar la cobertura hacia otras poblaciones como Guariquén, San Bonifacio y La Esperanza, dependiendo de la disponibilidad de recursos. “Algunos productores están en zonas muy remotas y de difícil acceso y no siempre se puede llegar hasta ellos”, destaca.

De manera similar, el coordinador del programa de propagación de plantas de la FPP, Ezequiel Millán, señala que se ha venido ampliando el abanico de opciones para mejorar y facilitar la dotación a los pequeños productores que están participando en el plan, principalmente las variedades Ocumare 60, 61, 77 y 67.

El Plan Cacao Nestlé además del Programa de Pequeñas Donaciones patrocinado por el  Fondo de Población de Naciones Unidas, para el rescate de la biodiversidad genética del cacao en el pueblo de San Juan de las Galdonas, son los únicos proyectos que actualmente desarrolla la FPP.

De esta forma y más allá de las dificultades, la FPP promueve la reactivación de una economía que había sido abandonada, pero que hoy, tras el agotamiento de los recursos  petroleros, centra su atención en el campo como un lugar de oportunidades para “sembrar futuro”, así como se siembra cada día en nuestra tierra el cacao venezolano.