Por Joselina Rodríguez

Dicen que el amor por lo que haces es aquello que mueve al mundo y es precisamente esta fibra emocional la que está arrojando interesantes resultados en Sur del Lago, Venezuela, lugar donde nació el Cacao Criollo y donde hoy en día convergen diversos personajes que apuestan por seguir enalteciendo la majestuosa semilla venezolana. Uno de esos visionarios es Nelio Rincón Martínez, un joven de 70 años que tuvo la suficiente audacia como para darle rienda suelta a un nuevo sueño a pesar de la edad: sembrar cacao.

Desde entonces se convirtió en productor de cacao en el estado Mérida, tras haber adquirido una finca de 100 hectáreas llamada “Barquisí”, rodeada de paisajes idílicos propios de la región andina. Sus primeros pasos los dio como productor ganadero, un rumbo que cambió hace 10 años, cuando la pasión por el preciado cultivo lo sedujo, llevándolo a sembrar cacao en sus 100 hectáreas.

Para Nelio, la edad no es limitante a la hora de emprender

“Mi inserción en el mundo cacaotero inició por curiosidad. Primero fui observando el potencial y la fama que tenía la semilla en Sur del Lago, luego me di cuenta que era un cultivo noble y posteriormente comprobé que su buen precio lo hacía un producto rentable en el mercado. Así decidí introducirme de lleno en el maravilloso mundo del cacao”, explica.

Martínez, quien se declara un amante del cacao y del chocolate, destaca que más allá de ser un simple productor de cacao, desea convertirse en un emprendedor. Indica que es “ahora” el momento exacto para adentrarse en este mundo, que tantas satisfacciones personales y económicas les ha aportado en su vida.

“La edad no es limitante para emprender en el mundo del cacao. Seas joven o no, nunca es tarde para comenzar a sembrar, cosechar, secar o vender, porque es emocionante ver crecer cada plantita de cacao, regarla, cuidarla y recoger sus frutos más adelante. Eso te llena de satisfacción y te impulsa a querer hacer más por la semilla”, puntualiza.

Esta es apenas una mirada a las hermosas tierras que posee este productor, un verdadero paraíso.

Más que sembrar, este productor venezolano se visualiza vendiendo su cacao tanto en mercados nacionales como internacionales, tras el esfuerzo, constancia y dedicación que le ha inyectado en cada planta sembrada para que siga figurando como la mejor del mundo. El apoyo de su familia ha sido fundamental para concretar este sueño.

Mágica conexión

Desde hace 10 años, el cacao ocupa un lugar importante en la vida de Nelio Rincón Martínez, quien cada día se levanta desde tempranas horas de la mañana a “conversar” con las plantas, para así conocer sus necesidades.

“No se puede emprender en un mundo que no conoces. Por eso yo hablo todos los días con mis matitas, para saber cómo están, qué les hace falta, si necesitan agua o fertilizantes, porque de esos cariñitos que tú le hagas dependen su crecimiento y productividad. Si nos damos cuenta el cacao es un cultivo para toda la vida, es eterno, dura 100 años y debemos quererlo como se le quiere a un hijo”, expresa.

Cada una de estas plantas representa el futuro para productores como Nelio

Para este productor cacaotero con espíritu juvenil, este fruto es mucho mejor que el petróleo porque genera sentido de pertenencia, fuerza de trabajo, mejora el cambio climático y suministra ingresos económicos en quienes laboran en el área. Es por ello que invita a todos aquellos que quieran darle un giro a sus vidas, a que inviertan en el cacao y se enamoren tal como lo hizo él, sin importar edad, sexo, experiencia o religión. Sólo hace falta amor, cuidado de la tierra, entusiasmo por el trabajo realizado, constancia en la labor diaria y paciencia para esperar por los frutos que se recogerán. He allí la clave del éxito de todo emprendedor en el mundo del cacao.