Por Yuly Carreño

Como un preciado tesoro a la espera de ser rescatado, el escenario actual del cacao de Paria es un reflejo de esa particular idiosincrasia venezolana en la que la que se conjugan el trabajo y el esfuerzo con la apatía y la desidia.

Quienes conocen esta zona saben que la producción de cacao se ha caracterizado por una gran diversidad de hechos: la otrora fama del cacao Río Caribe en los mercados internacionales, el abandono de numerosas haciendas tras al auge petrolero, sectores afectados por el creciente narcotráfico y la política de gobiernos de turno basada más en el popular dicho de “pan para hoy hambre para mañana”, que en verdaderas estrategias para incrementar la productividad a largo plazo.

Al igual que ha venido ocurriendo en el ámbito nacional, podríamos hablar de un aparente reimpulso de la producción de cacao en la región pariana, evidenciado en los índices que la colocan como la zona de mayor producción del país.

Este sitial de honor debería ser motivo de orgullo y alegría para los sucrenses; sin embargo, la realidad dista mucho de esos sentimientos. Nos preguntamos, por ejemplo, ¿A qué se debe que el estado que más produce cacao en el país refleje descuido y dejadez en sus plantaciones? ¿Por qué hay tantas deficiencias en cuanto al manejo del rubro? Respuestas estas tan difíciles, como lo es cambiar dicho panorama. Desde Vivaelcacao.com intentamos contestar estas y otras interrogantes.

Ezequiel Millán, coordinador de propagación de plantas de Fundación Proyecto Paria

Herencia de conuco

Quizás los factores que más inciden son los de tipo histórico y cultural. Ezequiel Millán, quien coordina el programa de propagación de plantas dentro de la Fundación Proyecto Paria y quien fuera miembro de la comisión que elaboró el séptimo plan de la nación en materia de cacao por el estado Sucre, ha transitado un largo camino de 47 años en el sector.

Al hacer una evaluación retrospectiva del cultivo del cacao en esta zona destaca la época colonial de los grandes productores o “grandes cacaos”: “aquí ellos no dejaron una estructura establecida sobre el mejoramiento del grano, al no existir esa herencia el pequeño productor se acostumbró solamente a la cosecha, el curtido, el secado y listo”.

La comparación con Barlovento, que en su momento ocupó el primer lugar en producción, es inevitable. “Cuando hacemos un análisis histórico nos encontramos que aquí en Oriente el beneficio del cacao estaba solamente en la recolección del fruto y no en el proceso de postcosecha. En Barlovento es diferente, allí los grandes productores  han dejado a las nuevas generaciones una tradición, por eso la mayoría de las fincas cacaoteras tienen los implementos para el proceso de fermentación y secado; existe la infraestructura para la trasnformación del grano desde el punto de vista de su calidad interna”.

También algunas creencias orientales que se tenían sobre el cacao fueron dejando huellas con resultados hoy evidentes. Se pensaba, por ejemplo, que era nocivo para la salud y que hasta producía pasmo, una forma coloquial de llamar a la enfermedad del tétano.

“El productor se fue quedando atrás y hubo un efecto de conformismo, sin esa visión de mejora para generar más ingresos. Cuando no se tiene ese factor cultural eso se pierde en el tiempo y cuesta Dios y su ayuda para recuperarlo”.

Aunque algunos jóvenes muestren interés por el cacao, aún son los productores de la “vieja escuela” quienes llevan la batuta

Generación de relevo

El paso de los años no ha contribuido a cambiar este panorama. Por el contrario, ha ido avanzando al igual que la edad de los productores, en su mayoría hombres mayores de 50 o 60 años, que manejan sus plantaciones de forma básica y experimental, tal como lo aprendieron de sus padres o abuelos.

“El cacao es un rubro difícil de trabajar, no es como una hortaliza, por ejemplo”, dice mientras hace énfasis en la ausencia de una generación de relevo que pueda iniciar una nueva etapa en la producción del cacao de Paria.

“Sin esa generación se hace muy cuesta arriba, lo más satisfactorio sería que el productor por sus propios medios determine que quiere dar continuidad al mejoramiento del cacao. Podemos seguir invirtiéndole esfuerzo, recursos y conocimiento pero a pesar de eso, pareciera que siempre estamos en el mismo sitio”, se lamenta.

Al menos el 95% del cultivo del cacao de Paria está en manos de pequeños productores con propiedades de 3 y 5 hectáreas, cuyo rendimiento no supera los 300 kilos y que comercializan principalmente cacao seco.

Plantas sin la correcta poda encabezan una serie de problemas en muchas de las haciendas de cacao en Paria

Malas prácticas

Esta baja productividad es consecuencia de un manejo inadecuado de las plantaciones, entre otros factores. De esto bien conoce Andreína Portillo, ingeniero agrónomo de la Fundación para el Desarrollo del Cacao, Fundacacao, quien visitó el estado Sucre de la mano de Vivaelcacao.com para conocer y estudiar la población de productores del oriente de Venezuela. La experta insiste en la necesidad de un cambio de actitud de quienes se dedican a esta tarea, de modo que vean el cacao no como un conuco, sino como una empresa que puede generarles mayor rentabilidad.

A su juicio, la avanzada edad de los árboles, un marco de siembra incorrecto y el evidente abandono de las parcelas son algunos de los aspectos que afectan la producción del cacao de Paria.

A esto se suma un deficiente manejo agronómico tanto en el cultivo como en las actividades de postcosecha. Tareas como la poda, el control de maleza, la fertilización, la resiembra y rehabilitación de las plantaciones son de vital importancia para mejorar su rendimiento.

Sin embargo, son pocos los productores que están dispuestos a poner en práctica otras maneras de tratar el cultivo y producción del rubro o aplicar nuevos conocimientos para evitar, por ejemplo, plagas y enfermedades y mejorar la unidad de producción.

Muchos productores tienen una alta resistencia al cambio por el tema de la edad y en general no tienen incentivos para un mejor manejo del fruto. Por encima de la calidad, el objetivo final es la ganancia por la venta del grano.

Según indica Andreína Portillo, un mal manejo postcosecha incide de manera notable en el sabor y aroma del cacao, “en ocasiones puede ser muy amargo y astringente, o estar pasado de humedad”. Estos resultados, prosigue, son el reflejo de realizar de manera incorrecta procesos como el curtido (una especie de semifermentacion) el secado o el almacenamiento.

Incluso, en Paria es común el secado del grano en el asfalto, a orillas de la carretera, una práctica nada recomendada por los expertos ya que desmejora la calidad del grano, “el cacao puede absorber el olor y los componentes de metales pesados como el cadmio y el plomo”.

En Paria poco se fermenta cacao, incluso todavía se realiza el secado en el asfalto

Calidad vs. precio

Otro aspecto fundamental para los productores es el precio. El valor del cacao es tal vez lo que más les preocupa. Ocurre en la mayoría de las zonas cacaoteras del país y Paria no es la excepción.

Allí, de nuevo, el tema cultural en el manejo del rubro es primordial. El proceso de fermentación es un ejemplo. Para los productores de Paria, al no haber una diferenciación de precio entre el cacao fermentado y el corriente, prefieren el último ya que les lleva menos tiempo y les genera las mismas ganancias, o al menos la experiencia eso les ha demostrado.

Tras visitar la zona de Paria, Andreína Portillo le atribuye este escenario a la poca motivación que tienen los productores para trabajar en pro de un mejor cacao, cuya comercialización y venta se realiza de manera bastante informal.

En este sentido, la posición de Ezequiel Millán nuevamente es muy firme “los productores han estado buscando consecutivamente mejores beneficios solamente dirigidos al precio, pero tenemos el índice de producción más bajo del mundo, y sin producción no podemos tener precio”, expresa refiriéndose a las cifras nacionales, que según algunos expertos en la materia no superan las 18 mil toneladas al año.

“Las políticas agrícolas nacionales, en especial en materia de cacao no han sido las más adecuadas, deben estar mejor concebidas y en consonancia con la realidad del rubro, más allá de créditos o financiamiento”.

Félix Rojas apuesta por la organización de los productores para alcanzar las metas

Organización para empezar

En un intento por cambiar esta realidad, algunos ya han empezado a organizarse. Es el caso de la Asociación de Productores de Cacao de los municipios Benítez y Libertador del estado Sucre, Asocabelib, presidida por Félix Rojas. Sus integrantes además de promover la formación, asesoría y asistencia técnica a los cacaocultores, impulsan la defensa del precio justo del rubro, para mejorar sus ingresos y en consecuencia su calidad de vida.

El alto precio de los insumos y herramientas para el cultivo y procesamiento, la ausencia de mano de obra calificada, los constantes robos dentro de las haciendas y la compleja situación económica venezolana caracterizada principalmente por los altos índices de inflación son, sin duda, grandes problemas que hoy aquejan a los productores de cacao de Paria.

Durante nuestro recorrido por esta generosa y próspera tierra pudimos comprobarlo. Sabemos que son situaciones adversas y difíciles de sobrellevar; sin embargo, desde Vivaelcacao.com aupamos la labor de los productores orientales. Apostamos por su trabajo, en especial la de aquellos que sin mirar atrás y dejando a un lado la forma en la que lo hicieron sus antecesores, inician una nueva etapa en la que ven el cacao no solamente como una vía para obtener riqueza, sino como esa semilla que puede devolvernos la esperanza y el progreso que hoy, como país, tanto anhelamos.