Por Liliana Elías

La academia conquistó un espacio en 68 estudiantes que se dedicaron a conocer el maravilloso mundo del cacao a través del Diplomado en Ciencia y Tecnología de Chocolate que dicta la Universidad Central de Venezuela y que este lunes, 10 de diciembre, graduó a lo integrantes de la segunda cohorte.

En un acto de grado emotivo y de altura, las autoridades de la casa que vence las sombras engalanaron los espacios de la Sala de Conciertos donde los participantes recibieron su certificado y compartieron un momento inolvidable. Junto a la profesora Elevina Pérez Sira, responsable del diplomado, estuvieron los profesores que a lo largo de casi tres meses la acompañaron en este camino de enseñanza y experiencias.

Tres breves discursos enmarcaron el evento: iniciando como orador de orden, el querido Vicente Franceschi, reconocido historiador perteneciente a la casa Franceschi Chocolates, linaje que durante casi 200 años ha mantenido viva la tradición de cacao en Venezuela.

El “tío Vicente”, como cariñosamente se le conoce, hizo referencia a la importancia de darle a nuestra semilla el lugar que merece, y reconocer la labor que las instituciones realizan en función de alcanzar este objetivo.

Posteriormente, el reconocido pastelero venezolano, Emerson Freitas, quien además recibió la mención de Tenedor de Oro, representó a los participantes del diplomado expresando que “Venezuela necesita ser endulzada para ser un mejor país”, con lo cual envió un mensaje de esperanza y constancia a quienes día a día luchan por convertirla en un lugar mejor.

Siguió la entrega de diplomas y el acostumbrado saludo de las autoridades a cada uno de los felices graduandos.

Finalmente, el Decano de la Facultad de Ciencias, Dr. Ventura Echandria, quien hizo referencia al valor que el cacao ha tenido en nuestra historia y la necesidad de rescatarlo a través de la educación y el empuje de nuestra gente, para lo cual, la Universidad se mantendría con las puertas abiertas para continuar entregando conocimiento y nuevas oportunidades.

La coral de la facultad de Ciencias demostró su talento interpretando bellísimas canciones venezolanas, y despertando el sentimiento ucevista de los egresados a través del glorioso himno de la casa de estudios.

Fiesta con sabor a chocolate

Luego del acto formal, los invitados pudieron compartir en la Biblioteca de la UCV y disfrutar de una sorpresa que significó el esfuerzo y dedicación de todos los estudiantes: bombones, pasteles y detalles en chocolate elaborados por ellos, decoraron las mesas y endulzaron el paladar de todos.

Pero sin lugar a dudas, el arte y el talento de Emerson Freitas quedó demostrado una vez más con la elaboración de dos esculturas increíbles en honor al Pastor de Nubes, una de las piezas que simboliza la UCV y que de modo magistral captó y creó Freitas con chocolate. Junto a estas hermosas figuras, los bombones de la talentosa Paula Herrera, compañera del diplomado, dieron color y sabor, rodeando al Pastor de corazones y diversas formas.

Una coral fabulosa, un nacimiento viviente, invitados especiales de la talla de María Fernanda Di Giacobbe, embajadora del chocolate venezolano y creadora de cacao de Origen, Amanda de García, de Chocolates Mis Poemas, Vicente Petit, de Asoprocave, César Guevara, de Aprocao, fueron parte de la hermosa tarde del lunes.

El ex presidente de la cámara venezolana Francesa, Jean Anglad, fue otro de los asistentes al acto.

Lo que vivimos ese día.

Para Viva el Cacao, el 11 de diciembre fue particularmente importante y simbólico:

Por la trascendencia del acto en el que se graduaban 68 venezolanos que serán los nuevos multiplicadores de la información que necesita ser entendida por muchos otros que verán en nuestro cacao “la libertad de Venezuela”. y según las proféticas palabras de Giovanni Conversi, creador de Mantuano Chocolates.

Por el significado que tiene el hecho de que un Alma Mater como la Universidad Central de Venezuela haya dispuesto sus espacios y a sus expertos en la creación de un diplomado dedicado al cacao y al chocolate.

  • Por la importancia de la educación, de la academia, de la unión y de la contribución de quienes saben lo que implica recibir instrucción universitaria, así como el compromiso y el cambio interno que experimenta un ser humano luego de pasar por las aulas, de adquirir conocimientos.
  • Por cada profesor que nos enseñó y que supo despertar nuestra admiración gracias a su trabajo y preparación.
  • Por la amistad creada, por las nuevas personas que formarán parte de la historia de cada uno de nosotros.
  • Por el camino que inicia, y por la misión, el propósito personal de cada uno, porque después de saber lo que sabemos.

No podemos quedarnos de brazos cruzados, hay mucho por hacer. Venezuela necesita de nosotros para levantarse, sin esperar mejores tiempos que vengan de afuera algún día. Esos mejores tiempos dependerán de lo que cada uno de nosotros haga hoy. Desde el cacao tenemos que comenzar a labrarnos un mejor camino, lleno de chocolate y academia, de buenas prácticas y de respeto por el trabajo de los productores.