Por: Liliana Elías / @lilianaelias79

Hay gente que le camba el día a uno, que es capaz, de alejar las nubes oscuras con una sonrisa y un tono amable. Y si a la sonrisa le acompaña una tacita de chocolate caliente mucho mejor!

Irú Ortega tuvo la suerte de heredar ese bien de las estrellas, sabe iluminar incluso cuando está en silencio, así es la energía de las personas, se mueve y comunica, transmite por sí sola. A ella se le encuentra en Cacao de Origen, en la Hacienda La Trinidad. Acompaña el crecimiento de este local ubicado en Caracas desde sus inicios, hace cuatro años; está pendiente de que todo marche bien, prepara un cacao caliente delicioso, coloca los bombones en la estantería y sobre todo, vela por que todos los clientes se sientan como en casa.

Y es que ese es el secreto de quien dedica su vida a atender al público, algo que en Vivaelcacao.com promovemos por los cuatro costados, hacer país mediante una cultura óptima de atención, teniendo el cacao como hilo conductor entre quien ofrece y quien recibe un producto alimenticio, tanto para el cuerpo como para el alma. A personas como Irú las aplaudimos, las celebramos y las enaltecemos, especialmente en tiempos de crisis, cuando lo que más necesitamos es esperanza y trabajo.

Una chilena con alma venezolana

El acento y el “mijita” la delatan, esta jovencita de 92 años es chilena, qué duda cabe. Poco a poco fue rindiéndose ante los encantos de nuestro país luego de que su hija Mirella Silva, copropietaria de Soma Café, le pidiera en 1974 y como único regalo de graduación viajar a Venezuela. “Se vino y no volvió más nunca a Chile, detrás de ella me terminé viniendo yo”. Ambas se enamoraron de eso que nos hace tan sabrosos, tan caribeños.

“Algún día, cuando me jubile, me vendré aquí a pasar mis años dorados” decretó, y así fue. Cuando a Irú se le pregunta qué fue lo que más le gustó de Venezuela, los ojos se le encienden y exclama “la gente! Es tan alegre, tan amable, porque todavía queda gente amable, y el país que lo encuentro hermoso… Eso me encanta…”

El cacao la identifica

“La vida es como una caja de chocolates”, eternizó Sally Flynn en Forrest Gump, “nunca sabes lo que te va a tocar”. A Irú le tocó descubrirse en el cacao, la llenó de vida y le alborotó el espíritu de trabajo. Es por eso que hoy en día ni siquiera se imagina vivir sin el alimento de los dioses, “el cacao me transmite todo lo bonito, yo no sabía nada de chocolate y empecé en Kakao Venezuela Bombonería, y después me vine para acá y estoy super feliz” señala. Aprendió a descascarillar la semilla, a preparar cacao caliente, a ordenar los productos y sobre todo a valorar a los visitantes que buscan pasar un rato distinto en un lugar que promete buenos momentos.

Desde Vivaelcacao.com lo invitamos a conocer a Irú, una mujer que seguro le ayudará a olvidarse del estrés mientras, con un rostro amable y hermoso le sirve un chocolate caliente.

1 Comentario

Comments are closed.