Por Liliana Elías

No está en el ranking de los principales exportadores, pero su cacao es único y codiciado. Atraviesa uno de sus momentos más críticos, pero también más interesantes. El cacao venezolano sigue siendo interesante material de estudio no solo para agrónomos, chocolateros e industriales. Ahora también ocupa espacios en las universidades y escuelas de gerencia.

¿La razón? Convertir a nuestros emprendedores en más que apasionados por el chocolate, en empresarios, en estrategas con visión de futuro. Es por eso que expertos como Edwin Ojeda, Profesor Adjunto en el Instituto de Estudios Superiores de Administración, (IESA) insiste en la creación de programas que les permita obtener los conocimientos básicos para convertirse en los gerentes del mañana.

Ojeda, quien funge como Coordinador del Programa Emprende del IESA, conversó con Vivaelcacao.com sobre lo que considera fundamental para cualquier chocolatero que busque “quitarse el techo” de la cabeza y comenzar a pensar como un empresario.

Necesidad de estructura

Sin un mínimo de organización es imposible que cualquier negocio resulte. A veces y a causa del desconocimiento suelen colocarse “los caballos detrás de la carreta” y el resultado es catastrófico. Crearse una ruta y saber andar por ella es fundamental para crecer, más aún si se piensa en grande.

– El mundo del cacao y del chocolate están surgiendo en Venezuela a través de un muy interesante movimiento. Los nuevos emprendedores están llenando las aulas y buscando nuevas alternativas a través del chocolate. ¿Cuál es tu visión sobre este fenómeno?

– Por un lado mi visión es optimista, porque veo que muchas personas están apostando al mundo del chocolate. Como consumidor, me parece excelente que tengamos nuevas ofertas, nuevos sabores, incluso propuestas atrevidas para nuestro paladar. Por otro lado, mi visión es de “alerta” porque noto que algunos de los nuevos chocolateros duran poco en el mercado o simplemente sus productos se consiguen esporádicamente en los anaqueles. En la mayoría de los casos, tenemos buenos productos de chocolate, pero no hemos desarrollado las estructuras para que estas empresas crezcan.

– En tu experiencia ¿Cuál es el gran talón de Aquiles de los chocolateros venezolanos? 

– En mi opinión, el talón de Aquiles de “la nueva generación chocolatera”, es decir los nuevos empresarios del chocolate, es la falta de formación gerencial. Me remito a dos experiencias que conozco muy bien. En la primera, tuvimos la oportunidad de formar en Emprende a un grupo de 20 a 25 nuevos chocolateros (tenían la pasión, conocían el mundo del cacao, tenían la formación técnica) pero menos del 10% pudo terminar su plan de negocios. ¿Por qué? Recuerdo que nos comentaron que “tenían miedo a realizar proyecciones financieras” o “los números son muy difíciles”. No se trataba de un curso avanzado de finanzas corporativas, eran conocimientos básicos que todo emprendedor (del chocolate o cualquier área) debe conocer si desea que su emprendimiento crezca. Otra experiencia que conozco: tengo la oportunidad de compartir con un chocolatero que conocí en un curso hace unos tres años. ¿Su producto? Excelente, pero como empresa, no ha crecido. Este emprendedor no tiene claro su modelo de negocios, ergo se dispersa en cualquier nueva oportunidad que detecta. Resultado, su empresa no crece.

– ¿Cómo puede un artesano dar el salto y convertir su pequeño negocio en una gran empresa? 

– Empezar a pensar en términos de modelos de negocios. Empezar a pensar como empresario. Eso requiere preparación, mantener el foco y por supuesto, ganas de aprender. En otros términos, salir de la zona de confort. No contentarse con producir 200 bombones y 100 barras de chocolate para venderlas en la tienda de un amigo sino en pensar en cuál es su propuesta de valor, pensar en cuáles son sus elementos diferenciadores. En no ver a la tienda del amigo como “el mercado” sino más bien como su prueba. Pero debo alertar que para verlo como mercado de prueba, también necesita preparación. Palabras claves: formación gerencial. 

– Sí, pero “la situación país no ayuda”. Eso podrían responderte muchos chocolateros, es una realidad que bien podría ser un escollo para el crecimiento

– No voy a negar las difíciles condiciones del país en este momento. No voy a negar que en general, el ambiente para hacer negocios en Venezuela es hostil. Pero quedarse anclado en que “la situación país no ayuda” es una excusa. Casualmente ayer conocí en una conferencia a un empresario que exporta mangos, aguacates y limones a Europa. ¿Es un “enchufado”? No, ¿La empresa la heredó operativa de su familia? No. Es una startup que fundó en 2015 y con sus caídas y tropiezos en 2018 ya tiene vendida la producción para el 2019. Este empresario comentaba que en varias oportunidades pensó en cerrar su empresa, tal vez por “la situación país”. ¿Y cuál es el secreto de su supervivencia en este ambiente tan hostil? Su modelo de negocios, él dedicó algunas (¡bastantes!) neuronas en pensar cómo organizar su empresa, en determinar su propuesta de valor. Debo aclarar algo: el hecho de que una persona diseñe su modelo de negocios no es garantía de éxito. Conocer el modelo de negocio aumenta las probabilidades de éxito.

Guía del emprendedor exitoso 

No hay fórmula mágica para el éxito, pero la vida nos ocnduce por caminos que nos dan herramientas para alcanzar las metas: organización, perseverancia y un propósito claro. Pero, ¿cómo juntar todas las piezas del rompecabezas? Es entonces cuando entra en juego lo que recomienda nuestro experto.

– ¿Cuál sería el a,b,c del emprendedor exitoso?

– Aunque suene repititivo, el emprendedor exitoso debe diseñar su modelo de negocio. De la A hasta la Z. Debe tener mente abierta para hacer los ajustes a su modelo. Este no está escrito en piedra. Como lo dije anteriormente, debe salir de su zona de confort.

– Si fueras chocolatero, ¿qué harías para arrancar tu negocio?

– Me preocuparía en saber o por lo menos entender las variables propias del mundo gerencial. Empezaría a pensar en términos de mercadeo, operaciones, finanzas. Si no quiero aprender o entender estos temas, por lo menos me rodearía de personas que sí los conozcan. Profesionalizaría la gerencia.

– Dicen que al venezolano le cuesta la persistencia para hacer un negocio verdaderamente exitoso, crees que es así?

– No concuerdo con esta generalidad. Por mi trabajo tengo la fortuna de conocer emprendedores que se convierten en empresarios. Tienen fracasos, se levantan, lo intentan de nuevo y lo logran. Nadie dice que la ruta del emprendedor es un camino de flores.

Sin miedo al éxito.

Para mucho suena ilógico, pero más que al fracaso, le temen a no saber o poder “arrear” las mieles del triunfo. Porque convertirse en exitoso es meterse en un terreno desconocido, invocar al viejo “coco” del colegio cuando nos decían que “la matemática era horrible”, predisponiéndonos al error antes del intento. Este tema también es familiar para Ojeda, quien nos ilustra esta situación vivida en el área del chocolate y que bien puede servir para que todos los que nos leen le pierdan el miedo a un coco imaginario.

– ¿Qué le dirías a los emprendedores que le temen al fracaso e incluso al éxito?

– Que del fracaso se aprende y que “el coco” del mundo gerencial, los números, no son tan difíciles como la mayoría cree. Esta pregunta me hace recordar una experiencia en una comunidad rural llamanda La Maroma en el estado Miranda. Allí tuve la fortuna de impartir unas clases a un grupo de mujeres que querían dedicarse al mundo del chocolate. Cuando les dije que en la próxima clase íbamos a hablar sobre los números todas pusieron cara de terror. Se me ocurrió decirle entonces a una de las alumnas que hiciera una torta para todo el salón y la trajera para la próxima vez. Llegada la clase, les dije a todas que éramos una Junta Directiva y que debíamos determinar el precio de venta de cada ración de la torta. Ellas se organizaron y empezaron a calcular, de manera muy intuitiva, los costos: harina, chocolate, azúcar… Luego identificaron los costos menos visibles como el gas, la mano de obra. Determinaron el precio de la ración hasta que alguna increpó “¿y la ganancia?” . Con esta experiencia pude hablar luego de costos de producción, costos fijos, utilidad. Conceptos que parecen difíciles para la mayoría, pero que de manera intuitiva conocemos.

El gran estratega y ex primer ministro de Reino Unido, Winston Churchill, decía que “el éxito es la habilidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”, quizá la frase sea interpretada por algunos de forma pesimista, pero si lo pensamos, de cada intento se obtiene una enseñanza. Personajes como Jack Ma, presidente ejecutivo de Alibaba Group quien fue rechazado al menos 10 veces por la universidad de Harvard y despachado de decenas de empleos, es hoy uno de los hombres más ricos del mundo. ¿La clave? no rendirse, no rendirse, no rendirse. Pero en ese “no rendirse” hay que crear estructura, la adecuada para lo que se quiere lograr. De ahí la importancia del conocimiento, y de la preparación académica y gerencial.