Por Yuly Carreño

Fotos: Liliana Elías

Hay una frase que dice: “la piel es de quien la eriza”. Si es así, entonces Greta Purnima Sánchez le pertenece, íntegra, al cacao. Y es que es eso lo que le ocurre al preguntarle qué significa para ella la bondadosa semilla.

Se queda sin palabras, y tras una pausa, asegura que más que un fruto, el cacao es inspiración divina y renovación. En fin, energía de vida. La misma que está presente en cada una de las opciones que ofrece a quienes se acercan hasta su templo: la Hacienda Paria Shakti.

A este lugar aterrizó, sin saberlo, por obra y gracia del cacao. Hacía ya tiempo que quería regresar a Venezuela después de haber vivido durante 28 años en la ciudad de Berkeley, California en Estados Unidos. Por allá llegó a los ocho años de la mano de su madre, y más tarde se graduó como Magister en Teatro de Arte de Moscú y de la Universidad de Harvard.

La medicina perfecta

Practicante de kundalini yoga desde joven, masajista y sanadora holística, presenció los atentados del 11 de septiembre del 2001, hecho que la llevó a iniciar una dieta totalmente cruda para depurar su sistema nervioso y calmar la intranquilidad que sentía tras estos sucesos.

Un santuario de descanso para el cuerpo y el alma

El sabio consejo de un amigo cercano le hizo llegar hasta el alimento perfecto para esta etapa de desintoxicación. “Pero si tu vienes del país con el mejor cacao del mundo, come cacao crudo”, le dijo, y desde ese entonces el fruto se convirtió en una mágica medicina.

“Comencé a comer tres granos diarios que dan el suficiente magnesio que se necesita para el corazón, suprimen el hambre y la ansiedad y aportan energía”, recuerda.

Revelación divina

Aunque sabía que quería volver a Venezuela, no tenía muy claro dónde. No fue sino hasta el 2007, embarazada de su primer hijo, cuando en una especie de revelación divina, lo supo.

“Queríamos hacer una meditación pero no quería que fuera en Caracas, y algo de repente me dijo -Paria-, me levanté y lo busqué en un mapa que me había regalado mi papá. Cuando llegué y  vi la frondosidad de la península y todo su cacao, dije: este es el sitio donde me vengo a vivir”.

Un chocolate caliente de gran calidad es parte de lo que se ofrece en la hacienda

Dejando atrás el ruido de la ciudad se muda a Río Caribe y adquiere la antigua Hacienda Bukare, a muy pocos minutos del pueblo de Chacaracual, donde hace realidad todo lo que había visualizado sobre el cacao.

“Sabía sobre la fermentación y lo necesaria que era para la línea de productos que quería ofrecer y que bauticé shakti”, dice mientras explica que este término, en sánscrito (una de las lenguas más antiguas de La India) representa todo lo que es energía.

El “súper food”

La Hacienda Paria Shakti, no solo es alimentación saludable, hay una mayor consciencia sobre el cacao y sus efectos en la nutrición del alma y el cuerpo, por eso se promueve el consumo de cacao puro, crudo y orgánico y el azúcar se sustituye por papelón u otras frutas.

Además de los granos enteros, también comercializan nibs (los trocitos que resultan del secado y tostado) licor o pasta de cacao, polvo y hasta la cascarilla, utilizada para preparar infusiones. Así, el cacao es la esencia de este espacio sagrado, donde la premisa es “amar lo que se come”.

El cacao es mezclado para potenciar sus numerosas propiedades

El cultivo se realiza bajo un cuidadoso proceso en el que el cacao convive con otros árboles frutales como el cambur y el mango, que luego son deshidratados y fusionados con especias como ají chirel, cúrcuma y jengibre en la preparación de trufas vivas, ideales para sustituir un café o una golosina por una merienda saludable.

“Hoy la gente está buscando menos chocolates con leche y azúcar y más un buen cacao fermentado crudo y puro, el azúcar te roba energía”, agrega la artífice de esta propuesta que también ha incorporado la elaboración de tabletas de chocolate bajo la tendencia tree to bar (del árbol a la barra). “El cacao es un ‘súper food’, un alimento de poder, entonces hay que amarlo desde su cultivo”, dice.

Cuerpo y alma

Además de la caminata “cacao y consciencia”, un tour por el cacaotal en el que se explica y experimenta la biodiversidad del grano, se ofrece hospedaje (aunque en estos momentos el lugar está siendo remodelado), degustación de productos orgánicos, productos cosméticos elaborados a base de cacao, clases de yoga, meditación y un maravilloso masaje con cacaoterapia, una excusa perfecta para la relajación y el descanso.

Junto a su familia, la hacienda de Greta Sánchez destaca las bondades del cacao venezolano

“El cacao no es nada más chocolate, primero está el grano. Nos hemos enfocado en ir a ferias veganas o exposiciones de yoga a instalar en la gente esta nueva manera de comer cacao y muchos ya han empezado a probarlo y a disfrutarlo”.

Sanación, bienestar, equilibrio y armonía se conjugan de manera impecable en este santuario donde el “alimento de los dioses” nos conecta con nuestros ancestros, nos permite visualizar nuestro futuro y, lo más importante, nos ayuda a mantenernos siempre enfocados en nuestro presente.