Por Liliana Elías

Fotos: Jone Troconis / Liliana Elías / Web

Hacer del chocolate un producto bello, elegante y sensual es todo un mérito. Pero sin duda, cultivar, cuidar y beneficiar el fruto del que proviene este elixir es de héroes. ¿Qué sería de este mundo cruel y hostil sin cacao para crear chocolate? ¿Qué sería de los secaderos sin las semillas que los adornan? ¿A quién le cantarían las sirenas de Chuao?

Sin duda el cacao es la respuesta a cualquier pregunta relacionada con la alegría, el amor y la amistad.

Este 2020 se cumple la primera década desde que la Organización Internacional de Productores de Cacao y la Academia Francesa de los Maestros Chocolateros y Confiteros decidieran elegir el 07 de julio como el Día del Cacao. Al igual que otras celebraciones, esta busca honrar y recordar a los genios detrás del manjar de dioses que convierten el grano en exquisito chocolate y el chocolate en delicioso placer.

Desde Viva el cacao quisimos celebrar junto a ustedes compartiendo algunos secretos y curiosidades del Theobroma Cacao L, el fruto, el inicio, el chocolate en su versión más primitiva:

  1. MACHO Y HEMBRA: No nos referimos a la famosa película venezolana protagonizada por Elba Escobar y Orlando Urdaneta, sino a la peculiaridad de la flor del cacao, y es que en su interior resguarda órganos sexuales femeninos y masculinos que la hacen hermafrodita, pudiendo autopolinizarse al estar en contacto con otra flor.
  2. EL TRIO DINAMICO: Existen tres tipos de cacaos en Venezuela: El Criollo, el Forastero y el Deltano o Trinitario. El primero es el “Chanel N5 de los granos: es el más arómatico y sabroso, es el “extrafino”. Sus semillas son blancas por dentro, son más grandes que las demás y su cultivo es muy selecto, representa apenas el 5% de la producción mundial. El Forastero es el más popular a escala mundial, de rápida propagación, fuerte en plantación pero de poco aroma y sabor.  El Deltano o Trinitario es el hijo de ambos, el resultado de una mezcla increíble que genera un fruto resistente en campo, de alta productividad y sabores y aromas deliciosos.
  3. EL CACAO NACIÓ EN VENEZUELA: Investigaciones del ADN mitocondrial revelan que el Cacao Criollo nació hace miles de años en el Sur del Lago de Maracaibo, zona que arropa los estados Mérida, Trujillo, Táchira y Zulia, mientras que el Forastero se produjo por primera vez en el Bajo Orinoco. A pesar de discusiones bizantinas en torno a que si Venezuela es o no la cuna del cacao, hemos sido bendecidos al contar con la mayoría de los tipos y subtipos de cacao, genéticamente hablando.
  4. ELIXIR DE LA JUVENTUD: Si Robert Zemeckis, director de la famosa película “La muerte le sienta bien”, hubiese descubierto el cacao venezolano, seguramente habría sustituido aquel frasquito que Isabella Rossellini tomaba entre sus manos y que contenía la pócima de la juventud por una barra de chocolate oscuro, pues el cacao contiene altísimos niveles antioxidantes. Al punto que nuestro cacao forastero está siendo adquirido por empresas de diversas partes del mundo para convertirlo en medicamentos y en productos de belleza.
  5. EL CACAO VENEZOLANO Y LA TRUFA FRANCESA: ¿Qué tienen en común? Que ambos son tan exclusivos como buscados. Los paladares más exquisitos caen de rodillas ante nuestro cacao por ser –incluso el forastero- de fino aroma. Es por eso que debemos motivar no solo su producción sino las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) que garanticen que sigamos siendo “la trufa del cacao”.

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