Juan Pablo Crespo / @juanpamark
Fotos cortesía: Trapiche Cacao
Hace cinco años comenzó la recuperación de la plantación y cuatro años después nació Trapiche Cacao, un emprendimiento Tree to Bar (del árbol a la semilla) que ya cuenta con cinco tipos de barras, bombones y licor de cacao en su estantería de productos tras un año exacto de creado.
Los chocolates de Trapiche Cacao son obra de la familia Restrepo, una prole encabezada por Gustavo y sus hijos Camilo y Diego, entusiastas todos de la semilla venezolana y en especial de esa que engalana al estado Táchira, donde se encuentra ubicada la hacienda Rael, vía La Fría, en la Carretera Panamericana, a unos 45 minutos de San Cristóbal.

Pujante juventud
“La finca consta de 14 hectáreas sembradas básicamente con árboles trinitarios y criollos”, apuntó Camilio, de tan solo 18 años, apenas un año más que su hermano menor, todo un ejemplo de esa juventud pujante que cree en el país, su tierra fértil y en el cacao como herramienta de desarrollo socioeconómico. “La plantación tiene 15 años, aunque fue abandonada. Sin embargo, hace cinco años comenzamos a encargarnos de la hacienda e iniciamos el proceso de recuperación”, detalló el estudiante de ingeniería agroindustrial. Su padre, ingeniero en producción animal, de 40 años.

El sembradío se encuentra en una zona de unos 500 metros sobre el nivel del mar y con una temperatura que ronda entre los 26 y 30 grados centígrados.
“Ha sido una experiencia maravillosa y enriquecedora este tiempo de aprendizaje . Nos hemos propuesto conocer todo acerca de los procesos de cosecha y postcosecha. Hemos viajado a Chuao (Aragua) y Barlovento (Chocolates Mis Poemas, Miranda) para aprender acerca del árbol y su fruto”, dijo Camilo.

Trapiche Cacao comenzó con dos molinos para la elaboración del licor de cacao, luego se añadió otro molino de molienda más fina y a finales de 2017 se sumó una refinadora. El “muchacho” ha ido creciendo con visión de futuro.
Inspiración culinaria
Las tabletas resultantes del cacao con una variedad de tonos como madera o cítricos, depende de la ubicación de los árboles en la plantación, según describió Camilo, son elaboradas en un taller enclavado en el centro de San Cristóbal, justo al lado del restaurante familiar de nombre El Trapiche, el segundo más antiguo de la capital tachirense y que sirvió de inspiración para bautizar la marca de los chocolates.

Las barras artesanales son Chocolate Puro 100%, Chocolate Oscuro 70%, Chocolate con Leche 40%, Chocolate con Leche con almendras, nueces y maní, también de 40%, y Chocolate de Taza de 70% . También se producen bombones y, por supuesto, licor de cacao.
“Queremos seguir aprendiendo y perfeccionar cada vez más la elaboración de nuestros chocolates”, manifestó Camilo, animado por la versatilidad y calidad del grano. Luego compartió proyectos apuntados en la agenda del novel emprendimiento, como “exportar semillas y producir chocolates finos para el mercado nacional e internacional”.

Trapiche Cacao, con la semilla de árboles tachirenses, en el occidente andino venezolano, otra muestra más de las oportunidades que brinda el grano. Trabajo constante, preparación constante y buenas prácticas agrícolas son parte de las clave del éxito.
En las redes:
@eltrapichechocolates