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Nelio Rincón Martínez: “yo converso con mis plantas para saber qué necesitan”.

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Por Joselina Rodríguez

Dicen que el amor por lo que haces es aquello que mueve al mundo y es precisamente esta fibra emocional la que está arrojando interesantes resultados en Sur del Lago, Venezuela, lugar donde nació el Cacao Criollo y donde hoy en día convergen diversos personajes que apuestan por seguir enalteciendo la majestuosa semilla venezolana. Uno de esos visionarios es Nelio Rincón Martínez, un joven de 70 años que tuvo la suficiente audacia como para darle rienda suelta a un nuevo sueño a pesar de la edad: sembrar cacao.

Desde entonces se convirtió en productor de cacao en el estado Mérida, tras haber adquirido una finca de 100 hectáreas llamada “Barquisí”, rodeada de paisajes idílicos propios de la región andina. Sus primeros pasos los dio como productor ganadero, un rumbo que cambió hace 10 años, cuando la pasión por el preciado cultivo lo sedujo, llevándolo a sembrar cacao en sus 100 hectáreas.

Para Nelio, la edad no es limitante a la hora de emprender

“Mi inserción en el mundo cacaotero inició por curiosidad. Primero fui observando el potencial y la fama que tenía la semilla en Sur del Lago, luego me di cuenta que era un cultivo noble y posteriormente comprobé que su buen precio lo hacía un producto rentable en el mercado. Así decidí introducirme de lleno en el maravilloso mundo del cacao”, explica.

Martínez, quien se declara un amante del cacao y del chocolate, destaca que más allá de ser un simple productor de cacao, desea convertirse en un emprendedor. Indica que es “ahora” el momento exacto para adentrarse en este mundo, que tantas satisfacciones personales y económicas les ha aportado en su vida.

“La edad no es limitante para emprender en el mundo del cacao. Seas joven o no, nunca es tarde para comenzar a sembrar, cosechar, secar o vender, porque es emocionante ver crecer cada plantita de cacao, regarla, cuidarla y recoger sus frutos más adelante. Eso te llena de satisfacción y te impulsa a querer hacer más por la semilla”, puntualiza.

Esta es apenas una mirada a las hermosas tierras que posee este productor, un verdadero paraíso.

Más que sembrar, este productor venezolano se visualiza vendiendo su cacao tanto en mercados nacionales como internacionales, tras el esfuerzo, constancia y dedicación que le ha inyectado en cada planta sembrada para que siga figurando como la mejor del mundo. El apoyo de su familia ha sido fundamental para concretar este sueño.

Mágica conexión

Desde hace 10 años, el cacao ocupa un lugar importante en la vida de Nelio Rincón Martínez, quien cada día se levanta desde tempranas horas de la mañana a “conversar” con las plantas, para así conocer sus necesidades.

“No se puede emprender en un mundo que no conoces. Por eso yo hablo todos los días con mis matitas, para saber cómo están, qué les hace falta, si necesitan agua o fertilizantes, porque de esos cariñitos que tú le hagas dependen su crecimiento y productividad. Si nos damos cuenta el cacao es un cultivo para toda la vida, es eterno, dura 100 años y debemos quererlo como se le quiere a un hijo”, expresa.

Cada una de estas plantas representa el futuro para productores como Nelio

Para este productor cacaotero con espíritu juvenil, este fruto es mucho mejor que el petróleo porque genera sentido de pertenencia, fuerza de trabajo, mejora el cambio climático y suministra ingresos económicos en quienes laboran en el área. Es por ello que invita a todos aquellos que quieran darle un giro a sus vidas, a que inviertan en el cacao y se enamoren tal como lo hizo él, sin importar edad, sexo, experiencia o religión. Sólo hace falta amor, cuidado de la tierra, entusiasmo por el trabajo realizado, constancia en la labor diaria y paciencia para esperar por los frutos que se recogerán. He allí la clave del éxito de todo emprendedor en el mundo del cacao.

 

 

Viva el Cacao ¡Ruta iniciada!

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[:es]Parte esencial de un equipo maravilloso: el staff de Vivaelcacao.com. Rubén Bolívar, Leonardo Rodríguez, Liliana Elías, Fernando Ayala y Juan Pablo Crespo.[:]

bimg_1570Con una bella convocatoria por parte de los sectores del cacao y chocolate, así como de empresarios, periodistas, fotógrafos y locutores Vivaelcacao.com celebró su lanzamiento oficial para recorrer Venezuela a través de su semilla más preciada.

El evento tuvo lugar el 16 de noviembre en el Espacio Plural del Trasnocho, en Caracas, lugar donde desde las 10 de la mañana los asistentes disfrutaron de un ambiente de cordialidad y reencuentro.

Personalidades como Jorge Redmond, presidente de Chocolates El Rey, María Fernanda Di Giacobbe, embajadora del cacao venezolano en el mundo, Vicente Franceschi, respetado historiador del cacao y miembro de la marca Franceschi y Hacienda San Jose, Armando Parra, de Chococao, en Sur del Lago, Leudys González, de la Fundación Nuestra Tierra, César Guevara, de Aprocao, José López, de Nestlé Venezuela, Yurema Cacurri, de Bancoex, entre otros, se dieron cita en el lanzamiento del primer portal dedicado a promover el cacao venezolano.

Liliana Elías y Fernando Ayala, editora y director comercial de Vivelcacao respectivamente, recibieron a los invitados con palabras de agradecimiento y una convocatoria a la confianza en el sector cacaotero y chocolatero del país, para seguir creyendo en el oro dulce de Venezuela y con propuestas para generar mayor conciencia, educación y cultura en cuanto a cacao se refiere.

Entre tambores y cacao

A punta de tambores, ritmos venezolanos y mucho sabor, los integrantes del grupo @Afrocodigos dieron el toque musical y llenaron de energía el espacio Plural de Trasnocho, a lo que prosiguió la presentación  oficial a los medios de comunicación del portal  y una exquisita degustación de cacao y chocolate ofrecida por María Fernanda di Giacobbe y su equipo de chocolatiers.

El brindis destacó por su originalidad y delicioso sabor: una taza de chocolate caliente que bautizó el momento y el paladar de los asistentes.

Quórum por una semilla

La convocatoria que logró Vivaelcacao.com sirvió para reunir en un mismo espacio a quienes podrían marcar la diferencia en el mundo del cacao en Venezuela. La creación de un medio dedicado en exclusiva al cacao y el chocolate de nuestro país es una evidencia más del deseo de muchos por construir un camino dulce hacia la prosperidad nacional.

Por su parte Liliana Elías y Fernando Ayala reiteraron su compromiso con este sector y honraron la confianza puesta en un proyecto que nació con la intención de unir al país a través de su cacao, de generar educación, sentido de pertenencia y nuevos modelos de negocio donde el cacao y el chocolate sean los ganadores.

Asimismo, agradecieron a los medios de comunicación presentes, quienes dedicaron su tiempo a documentar los pormenores del evento y a dar su espaldarazo a esta nueva iniciativa.

Quienes deseen seguir a Vivaelcacao.com pueden hacerlo a través de las redes de Twitter, Instagram y Facebook con @Vivaelcacao

Invedin, inclusión social con sabor a chocolate

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Por Joselina Rodríguez

A lo sublime del chocolate solo puede igularlo la inocencia de un niño o el ímpetu de la juventud. Con el objetivo de educar a jóvenes y adultos con capacidades excepcionales, en el área de chocolatería para proyectarlos en el mercado laboral, nació el Programa de Chocolates y Confitería del Instituto Venezolano para el Desarrollo Integral del Niño (Invedin), asociación civil sin fines de lucro fundada en el año 1974 que busca mejorar la calidad de vida de quienes presenten riesgos o problemas en su desarrollo integral.

La iniciativa nació hace 3 años por parte de un grupo de profesionales y colaboradores de Invedin, quienes crearon un proyecto de un laboratorio de chocolate con la asesoría y conocimiento de Marlene Berríos, Directora de la Escuela de Chocolate y Confitería KKO Real. De esta manera, lo señala Ana María Cogollos, Directora del Centro de Educación Especial (CEE) en Invedin, quien a su vez menciona que con grandes esfuerzos y el apoyo de varias empresas han podido concretar este dulce sueño.

“Decidimos trabajar con chocolate porque es un producto digno de dar un ejemplo en nuestro país y especialmente porque se nos presentó la oportunidad de establecer alianza con la empresa KKO Real. Este acercamiento ha sido lo mejor que nos ha podido pasar, gracias a que esa experiencia y sabiduría de la profesora Marlene Berríos, han formado a nuestros alumnos, representantes, docentes y comunidad en el arte de elaborar bombones de alta calidad”, explica.

Hoy en día este motivador programa está integrado por el personal directivo del Colegio Invedin, la Sociedad de Padres y Representantes del Instituto, Marlene Berríos de KKO Real, así como amigos cercanos a la institución.

“Tenemos una coordinadora del laboratorio, Yadira Burke, quien a su vez es representante del Centro de Educación Especial Invedin. De igual manera, este Programa de Chocolates y Confitería cuenta con la participación de un empleado con discapacidad cognitiva como parte de la inclusión laboral, realizado en conjunto con KKO Real. A este equipo se le agregan 4 alumnos con discapacidad cognitiva del Centro de Educación Especial, 4 madres colaboradoras del colegio y 2 representantes del personal docente de la institución”, comenta Cogollos.

Cada bombón hecho en Invedin representa el esfuerzo y eficiencia de los niños

Bombones rellenos de amor

La magia que rodea al Programa de Chocolates y Confitería de Invedin, no sólo proviene de las tabletas de chocolate que procesan, sino también del talento humano que trabaja para seducir el paladar de comensales venezolanos a través de la elaboración de exquisitos bombones rellenos. En el Laboratorio de Chocolate es precisamente donde se mezcla el encanto de un interesante equipo, junto al aroma y sabor que se desprende de las barras de Chocolate Bitter, blanco y con leche, aportadas por la Escuela de Chocolate y Confitería KKO Real.

“Tenemos un laboratorio en donde elaboramos bombones artesanales, siguiendo con todos los procedimientos para que sean de alta calidad. Estos bombones pueden venir rellenos de amaretto, coco, naranja, limón, parchita, avellana, maní, ron, entre otros ingredientes. En estos espacios se elabora cuidadosamente el bombón, chupetas y barritas de chocolate, pasando por los procesos de temperado del chocolate, desmontado, preparación de los rellenos, decoración y empacado”, expresa la Directora del CEE en Invedin.

Para ella, es importante enseñar desde la institución a las personas con discapacidad cognitiva (alumnos y comunidad) en la formación de un oficio, de manera que les ofrezca a estas personas un medio que les permita sustentarse económicamente y le procure independencia personal.

“Nuestra meta principal es  formar a los jóvenes en la elaboración de chocolates y postres, considerando sus intereses y posibilidades, a través del aprendizaje de técnicas, manejo de herramientas y materiales de trabajo. Asimismo, buscamos fomentar su independencia con la finalidad de lograr la integración ocupacional laboral del aprendiz en la sociedad, adquiriendo el valor de identidad y responsabilidad, necesarios en el mundo del trabajo, producción y comercialización”, plantea Cogollos.

Una vez empacados los productos elaborados por las manos talentosas del laboratorio, son vendidos al público del colegio, personal de Invedin, empresas  como el Hotel Renaissance, Alfonzo Rivas, Meditron, Dart de Venezuela, entre otros, según destaca la vocera de la institución. Quienes también se han visto beneficiadas son las personas que han adquirido las delicias derivadas del cacao, en el Bodegón y Bazar de Invedin, Bazar de Banplus y Banco Exterior.

“La experiencia ha sido bastante gratificante, ya que el público se sorprende con estos bombones elaborados por personas con discapacidad y de tan buena calidad. Ellos nos manifiestan sus felicitaciones y el orgullo de contar con instituciones que tengan proyectos tan ambiciosos, los cuales promueven la inclusión  social de las personas con necesidades educativas especiales”, puntualiza Cogollos.

En pleno proceso de elaboración del chocolate

Con esta destacada labor, desde Vivaelcacao.com invitamos a todas las instituciones que hacen vida en nuestro país a sumarse a iniciativas como las de Invedin y Kko Real. Todos somos capaces de contribuir para el mejoramiento de nuestra comunidad, más aún si lo hacemos a través del cacao venezolano. Invedin y Kko Real nos sirven entonces de ejemplo para demostrar el amplio abanico de posibilidades que se desprenden de esta semilla, no sólo como un rubro alimenticio y de comercialización, sino también como una fuente de empleo que suma cada día más seguidores y que, sobre todo, humaniza a quienes apuestan por ella.

María Fernanda Di Giacobbe: “El cacao es la posibilidad de país en que nos podemos convertir”

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Por Liliana Elías

Fotos:  Julio Osorio y Gabriela Medina

Hay infancias que se pasean por fogones y aromas, por árboles frutales y amaneceres. Abuelas y tías que dejan la memoria impregnada de mermelada hecha por ellas y puestas a sol para secar, canciones típicas de casa, acentos, palabras, gestos y risas que se funden en la añoranza. Nada mejor que abrir la nevera de alguien para conocerle sus secretos, incluso sus deseos más íntimos. Hay familias que hacen de la comida un mandato personal, una religión compartida, un ritual de bendiciones, una complicidad y claro está, la mejor excusa para reunir a los amigos.

María Fernanda Di Giacobbe es una de esas mujeres que impiden que el tiempo converja con el olvido de recetas, tradiciones y amores vividos en la cocina de los primeros años. Eso, aunado a su talento y sazón natural, la convirtieron en referencia gastronómica de Caracas, capital de selva y vorágine en donde desde hace más de tres décadas ha ofrecido pequeños recintos de paz muy bien concebidos, en los que el arte y la herencia culinaria han ido siempre de la mano.

¡Un dinosaurio en la tina!

Hasta el día que, a modo de Epifanía, decidió entregarse al cacao venezolano. La revelación ocurrió en una chocolatería de Barcelona, España, donde una foto de la iglesia de Chuao la sorprendió como un dinosaurio en la tina. Fue cuando surgió la explosión. Ondas expansivas le invadieron los ojos y el cuerpo, María Fernanda había dado con su semilla de vida.

Desde entonces ha sido como lo que siempre, un misil en ascenso, una búsqueda de cacaos y tendencias, un Bean to bar, la eterna tarea de innovar y decir ante lo desconocido, ¿por qué no?

Para muestra un botón: desde Kakao Bombones, fundada en 2004, y junto a la Gobernación de Miranda, la Organización Trabajo y Personas y la Fundación Cacao de Origen, crea el proyecto Emprendedoras del Chocolate, el cual hasta hoy impulsa la preparación -y el empoderamiento- de más de 1500 mujeres que han aprendido el arte de la bombonería. También ha contribuido en las buenas prácticas por parte de productores que tras visitar su laboratorio de chocolate encuentran la motivación necesaria para hacer mejor su oficio. Asimismo, ofrece espacios donde sabor y cultura se encuentran a la orden del día de comensales y curiosos: Kakao, en el Centro Cultural Trasnocho, en Las Mercedes, y Cacao de Origen, en la hacienda La Trinidad, en donde difunden todo lo referente al maravilloso mundo del cacao venezolano.

Una de sus más recientes hazañas fue ganar el Basque Culinary World Prize, el “Premio Nobel de Gastronomía” que honra a cocineros de todo el mundo cuya iniciativa impulse el desarrollo de la sociedad en la que viven. 100 mil euros que serán destinados a seguir fomentando el crecimiento de Venezuela a punta de cacao, chocolate y educación.

Desde Vivaelcacao.com conoceremos un poco más a esta luchadora social que ha sabido devolverle a la tierra lo que ésta le ha entregado.

-¿Cómo impactó en tu vida y proyectos el “Baske Culimary World Price”?

–  Personalmente me colocó en una casa más grande, llena de puertas y oportunidades.  Para nuestros proyectos es una nueva dimensión, en un sentido vuelve a conectar a Venezuela con el mundo. Es la confirmación que cuando haces tu trabajo con pasión llegas lejos. Este premio reconoce la energía de miles de mujeres emprendedoras del chocolate que trabajan con amor y orgullo en todo el país.

Es una gran celebración y lo aprovecharemos muy bien.

– ¿Qué sentiste cuando te lo entregaron?

– Fue como si me elevaran del suelo, un gran silencio, una cosquilla en el pecho. Luego una enorme alegría junto con la visión de la Escuela de Emprendedores que tanto deseábamos construir.

– ¿Para qué será destinado el metálico? 

– Para Cacao de Origen Emprendedores, escuela – laboratorio de chocolate y bombones. Allí ampliaremos la capacitación para convertir emprendedores en empresarios, con productos y marcas propias, apoyo en recetas, diseño y venta. También una tienda en asociación que muestre sus trabajos y avances, con la idea de llegar a la elaboración de productos que puedan competir en todos los mercados de calidad.

– Al hablar de cacao nos vamos directamente al chocolate. ¿Crees posible separar ambos mundos y describir cada uno con su propio ritmo y belleza? ¿Como los describirías?

– El cacao es nuestra historia, nuestra identidad, nuestro ADN. El chocolate es la proyección del futuro, es la Venezuela nueva y que estamos construyendo. En este caso son indivisibles, para hacer magníficos chocolates es fundamental saber del cacao, sembrarlo y tener buenos procesos. Por ello el movimiento de chocolate que hay en Venezuela restaura nuestra identidad y nuestras plantaciones, nos conecta como país y entre comunidades, somos individuos, como familia, como habitantes de un mismo territorio. Territorio de los cacao criollos,únicos en el planeta.

Vemos con satisfacción cómo el cacao está despertando en la conciencia del venezolano, está tomando un auge interesante y sabroso. Si tuvieras que hacer un antes y un después en la historia del cacao en Venezuela, ¿cómo lo harías?

– Tenemos varios momentos “antes y después”. Toda nuestra historia está narrada por el cacao. Ser origen de los cacaos criollos, nobles, finos; ser primeros exportadores, cambiar el paisaje por la proliferación de plantaciones de cacao que a su vez generaron la traída de esclavos de África, y nuestra Independencia que toma aliento en la necesidad de libertad y libre comercio de la semilla. Entonces hay muchos acontecimientos importantes. Hoy hay un momento propicio desde que nos hemos unido chocolateros y productores, que se hacen eventos como el ChoccoVenezuela auspiciado por la Cámara Italiana, desde que hay miles de mujeres emprendedoras del chocolate y que los productores pueden hacer chocolate de calidad con los principios del Bean to bar.

– A nivel de educación, pertenencia y economía, ¿qué puede llegar a representar el cacao para los venezolanos?

– Una plataforma social, económica y cultural para la proyección del futuro. El cacao es hoy la posibilidad de país en que nos podemos convertir.

– ¿Cuáles son los principales riesgos que corre el cacao en Venezuela?

– El cacao y el venezolano son lo mismo,  todos los riesgos que tenemos como ciudadanos los sufre también el cacao. El abandono, la inseguridad, la falta de educación y tecnología, la corrupción… El desamor. Debemos tratarnos, personas y cacao, como la riqueza que somos para el país.

–  Refirámonos a un asunto difícil: la exportación de cacao. ¿Cuál es tu visión del tema?

–  Para exportar cacao es necesario un ambiente de justicia y legalidad, normas justas y transparentes. Un gobierno compuesto por personas que amen el país y a sus habitantes, que definan progreso y generen bienestar para todos, por encima de intereses personales.

Ser y estar

Trabajar con cacao es correr el riesgo de enamorarse aún más de Venezuela, entender cómo la lealtad también es un valor de las plantas. Un árbol de cacao puede sobrepasar los cien años y seguir dando frutos, retribuye los cuidados del productor con cosecha y belleza. Si eso no es lealtad, entonces ¿qué es? María Fernanda no pudo –ni quiso- escapar a los encantos del cacao, al punto que ha llegado a “reconocerse en él”, asumiéndolo como el ingrediente más maravilloso del planeta. “El chocolate nos llevó a las plantaciones y en ellas el cacao nos enfrentó a nuestra historia, identidad y cultura”.

–  ¿Qué sentiste la primera vez que viste una maraca de cacao, que hiciste un bombón?

–  He visto maracas de cacao desde que nací, viajábamos cada fin de semana a Barlovento o Aragua, el cacao siempre fue cercano, ahora está en mi. La primera vez que haces un bombón es bello, logras encapsular una idea gastronómica en un espacio del tamaño de un bocado. Siempre es fantástico ver esa pieza cubierta de chocolate, su aroma, su brillo, su estética y luego su sabor.

–  ¿Qué tienen en común el cacao y tú? ¿Por qué se hicieron tan buenos amigos?

–  Me reconozco en el cacao, Venezuela es cacao y por eso marca un camino, es guardián de la naturaleza y posee todos los atributos para proyectar un país próspero y con un maravilloso futuro.

– Alguna anécdota que te mate de risa (o de vergüenza) de cuando comenzaste a trabajar con cacao?

– Muchas, pensar que las maracas de cacao estaban listas para la cosecha por que estaban rojas, o que los cacaos criollos son delicados, enfermizos y poco productivos, hemos tenido el tiempo de cambiar paradigmas, de entender y aprender de los maestros como Ifigenia Laya en Ocumare, Petra Rojas en Barlovento o Calixto López en Paria. De Juan de Dios y Vicente Franceschi, de César Guevara y Alvaro Gómez. Ahora hablamos con mayor conocimiento del cacao, tenemos que escribir nuevos libros.

–  Cuáles son los paradigmas más arraigados y que más nos impiden avanzar como productores serios de cacao ante el mundo?

–  Que nuestro cacao es tan bueno que no necesita fermentarse. Esto es horribleQue es el mejor cacao del mundo. Si genéticamente lo es, pero necesita más y mejor trabajo de post cosecha, conocimiento, estructuras y tecnología de punta. Que es el cacao más apreciado de todos. También es cierto, pero si no llega a tiempo y en buenas condiciones, como está pasando, ya no será el primero en la lista.

–  ¿A quiénes o a qué te has tenido que enfrentar para defender nuestro cacao?

–  Nuestro cacao se defiende por su calidad. Me tomo el tiempo de explicar cómo debemos escucharlo y respetarlo, es duro ver que no todos le tienen estima, que lo maltratan o lo convierten en malos chocolates. Cuando entendamos su verdadero valor lo cuidaremos más que al oro, hablaremos de él y lo convertiremos en el símbolo de Venezuela.

Porque no solo de cacao se vive…

La María Fernanda que marca un hito en la actualidad lleva al cacao como estandarte de vida, pero más allá de su trabajo existe una mujer, una madre, una hija, una amiga. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad Central de Venezuela; fue decoradora de interiores y es amante del Movimiento Surrealista. Tiene dos hijos, Bernardo y Eduardo, le gusta bailar y come chocolate apenas se despierta. Es una ariana tan cercana como el vecino, accesible y de agradable verbo.

–  ¿Cómo es un día habitual de MFDG?

–  Muy activo, lleno de encuentros, de trabajo, de planes. Hago muchas alianzas, la unión de esfuerzos y metas hace realidad los sueños. Construyo puentes entre las personas. Observo cómo podemos apoyarnos para hacer todo mejor, plantaciones, cacaos, chocolates, pues de nuestra calidad depende nuestro bienestar. Me gusta enseñar maneras de convertir recursos en riqueza, me gusta decir que el trabajo es la fuente del bienestar y que un oficio es nuestra seguridad y plataforma para expresarnos, realizarnos y ser muy prósperos. Que nuestra energía se puede transformar en dinero y este se convierte en estudios, casas, máquinas, vehículos, bienestar. Podemos transformar el paisaje cacaotero en recursos económicos a través del conocimiento y la fuerza del trabajo, por el amor a los hijos y para el bienestar de la familia y la comunidad, ese es mi empeño, podemos cambiar para bien el país.

– ¿Crees en el amor?

– Vivo por el amor y en amor. El amor más fuerte que conozco es el de las madres por sus hijos. Fíjate en Amanda García, de Chocolates Mis Poemas, que  le puso ese nombre a su marca porque representa a sus hijos. Ese amor está en muchas de las emprendedoras y su fuerza es capaz de transformar la realidad y el mundo.

– Tus raíces europeas, ¿han influido en tu forma de vivir?

– Soy súper caraqueña y venezolana, respiro plenamente con la vista del Ávila, me reconfortan los sabores, los paisajes y la música  de mi país. La influencia de mi familia italiana está presente y corre por mis venas, me ha dado una visión desde otra latitud, ambas familias me enseñaron el valor del trabajo, del oficio y de los principios éticos.

– La vida nos reserva a todos momentos duros para que al enfrentarlos, sepamos de qué estamos hechos. ¿Alguno en particular que te haya marcado?

– Muchos, injusticia, corrupción, odio, violencia. Pero lo más duro es no haber conocido hasta hoy un gobierno que respete a Venezuela y todos los que allí nacimos.

– Tres satisfacciones personales que te haya dado el cacao.

– La idea de crear el bombón venezolano, ese que contiene nuestros ingredientes, sabores, aromas y texturas, que como solemos decir, danza con los diablos de Chuao y se viste con los colores de los tapices zulianos.  El ver mujeres convertidas en chocolateras graduadas y certificadas, poseedoras de conocimiento y de un oficio que las hace profesionales. Finalmente, saber que podemos cambiar el país.

María Fernanda en una bocanada

–       Venezuela en una expresión:

–       Cacao.

–       El cacao que más disfrutas

–       Macuare.

–       ¿Tu comida favorita?

–       Asado negro caraqueño.

–       ¿Qué ritmos te hacen mover el esqueleto?

–       La salsa y el tambor

–       Una mirada que te conmueva

–       La de los animales, en especial las vacas

–       Un lugar inolvidable

–       El planeta Tierra

–       ¿A qué le teme MFDG?

–       A la injusticia, a la grosería

–       ¿Una alegría indiscutible?

–       Los niños

–       El valor de la amistad

–       Fundamental

–       ¿Sin qué cosa no podrías vivir?

–       Sin libertad

–       ¿Qué te acompaña siempre en tus viajes?

–       Semillas de cacao, sarrapia, kumache y la virgen del Valle

–       ¿Un sueño por realizar?

–       Ver una Venezuela próspera

–       ¿Una película que te haya marcado?

–       Los sueños de Kurosawa

–       Un soundtrack para tu vida

–       Toda la música de Venezuela

–       Un defecto

–       Terca muy terca.

–       Una virtud

–       Soy determinada

–       MFDG en tres palabras

–       Intensa / creadora / trabajadora

El cacao es, para María Fernanda, “una rebelión creadora de luz” que, como diría André Bretón, “no puede tomar más que tres caminos: la poesía, la libertad y el amor”. Reconforta saber que a nuestro país lo representan mujeres valientes y cultas. Alivia darse cuenta que existen muchas como ella que, desde sus propias esquinas, defienden a Venezuela con esfuerzo y conocimiento, sin bajarse de sus tacones y con la alegría a flor de piel. Así somos las venezolanas.

¿A brazo o a motor?

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Por Liliana Elías

La utilización de maquinarias y equipos para maximizar la eficiencia de las actividades agrícolas tienen larga data en nuestro país, cultivos como cereales en los que encontramos por ejemplo el arroz y el maíz son de los más representativos en el uso de grandes maquinarias y equipos. Niveladoras, cosechadoras combinadas, asperjadoras acopladas a tractor e inclusive fumigación y siembra haciendo uso de pequeños aviones es común cuando se trata de sembrar en grandes extensiones de este tipo de monocultivos.

Pero así como ha habido un amplio despliegue tecnológico para el cultivo de algunos rubros, otros parecen haber sido dejados de lado en la incorporación de nuevos equipos y maquinarias que permitan mejorar la eficiencia de las practicas agronómicas.

El cacao un rubro de cultivo tradicional

Históricamente el cacao ha sido relacionado con un importante uso y aprovechamiento de la fuerza de trabajo de hombres y mujeres, para nadie es un secreto que las haciendas de cacao fueron fundadas al calor del trabajo de mano de obra esclava proveniente de diversas partes del continente africano. La capacidad de adaptación, la fuerza innata y la resistencia de los esclavos marcaron una clara preferencia por ellos cuando se trataba de trabajo duro inclusive muy por encima de los indígenas que habitaban estas zonas antes de la Conquista.

Todas las actividades relacionadas con la producción del cacao desde la siembra, el mantenimiento, la cosecha, la fermentación y el secado conllevan intrínsecamente un alto componente manual, no en vano aun en nuestros días los mejores aliados de los productores de cacao son el machete y el garabato, la chicura y el canasto o la lata, con esas sencillas pero muy útiles herramientas desde la época de la fundación de las grandes haciendas hasta el día de hoy, los productores de cacao trabajan sus parcelas y obtienen el mejor grano del mundo.

Diversas máquinas son utilizadas hoy en día en las plantaciones

Al consultarle a Andrés Herrera, productor de cacao de la comunidad de Panaquire -en Barlovento- sobre el uso tradicional de estas herramientas nos afirma: “dame una peinilla y yo te hago un conuco, dame una chicura o un palín y te fundo una hacienda”. Así de importante son estas herramientas en pleno siglo XXI para el productor promedio. 

El cacao poco a poco se tecnifica

Hasta hace unos pocos años quien visitaba una plantación de cacao en la que se estaba trabajando escuchaba solamente el paso de la peinilla o el machete por encima del monte para cortarlo, se observaba también a un productor con una vara y un gancho de cosecha desramando y quitándole cogollos una planta vieja o cortando una bromelia que crecía sobre una planta de cacao. Hoy por el contrario, escuchamos a lo lejos un motor acelerado, probablemente es una desmalezadora o una motosierra operada por el productor de cacao, su hijo o un obrero contratado que hace el trabajo que solía hacerse antes a mano, peinilla y hacha.

Y es que hoy un muy alto porcentaje de los productores de cacao han adoptado el uso de diversos equipos que mejoran la eficiencia de las labores que desempeñan en el campo y por otro lado contribuyen a conservar su salud ocupacional reduciendo lesiones provocadas por años de trabajo en condiciones realmente difíciles.

El Productor de cacao Claudio Palacios, de la comunidad de Urba, en Barlovento, nos contó: “antes mi papá, Modesto Palacios, trabajaba a puro machete y hacha, la gente dueña de haciendas lo venía a buscar hasta la casa porque le rendía la tarea de jalar machete, se pegaba a trabajar oscurito y mataba la tarea entrada la tarde. Yo por mi lado no jalo más machete desde que aprendí a manejar una desmalezadora y me compre la mía”.

Todavía para muchos productores el machete sigue siendo su herramienta de vida

Eficiencia en el trabajo

La limpia de la maleza en cacao es una actividad clave para los productores de todas las zonas del país, esta labor que se hace por lo menos 4 veces al año es de mucha importancia para el mantenimiento adecuado del cacaotal, con el uso de una desmalezadora se reduce sustancialmente el tiempo de trabajo, por lo que la eficiencia de la labor aumenta.

El Jefe de la Unidad de Gestión Agrícola de Chocolates el Rey C.A. Ing. Francisco Betancourt, nos indica que han calculado en campo el rendimiento de un operador experimentado ejecutando la labor de limpieza de maleza y menciona que durante una jornada de 8 horas con una desmalezadora se hace el trabajo equivalente a lo que harían 5 obreros durante un jornal de 8 horas cada uno. Es decir, se quintuplica la eficiencia de la labor, esto evidentemente se refleja en reducción de costos a mediano plazo pero además impacta en la reducción del tiempo teniendo la posibilidad de intervenir una mayor superficie.

Por otro lado, hoy en día hay otra importante protagonista en las labores cotidianas de manejo de las plantaciones de cacao y es la motosierra telescópica extensible. Esta se usa para la rehabilitación de las plantaciones viejas de cacao que han crecido de manera inadecuada y excesiva. Este equipo sirve para reducir la altura del árbol y adecuar su crecimiento y simetría además que genera un importante incremento en la producción puesto que mejora no solo la forma del árbol sino el microambiente del propio cacaotal brindándole luz y ventilación adecuada.

“Hasta hace muy poco los productores de cacao debían subirse a los árboles de cacao con escalera o simplemente encaramarse sobre la planta para podarla, no son pocas las historias de productores lesionados por caídas y golpes de ramas durante la ejecución de esta labor. En este sentido una cuadrilla de podadores compuesta por dos operadores de motosierra telescópica extensible y dos repicadores a machete son capaces de rehabilitar una hectárea de cacao (1.000 árboles en promedio) en cuatro o cinco días dependiendo de lo descuidado que estén los árboles mientras que a machete y hacha la labor puede extenderse hasta tres semanas o un mes” comenta el Ing. Betancourt.

Costos y disponibilidad

Hasta hace muy poco cualquier ferretería en un pueblo ofrecía equipos de muy buena calidad a precios realmente accesibles, hoy la realidad es completamente diferente, las desmalezadoras y motosierras extensibles han experimentado un incremento bastante elevado de precios y se ha reducido su disponibilidad en número y marcas, aun así muchos productores de cacao que quieren ganar en eficiencia de labor, reducción del tiempo e incremento de la superficie intervenida buscan alternativas para adquirirlos.

Consejo

Cuando vaya adquirir un equipo tipo desmalezadora o motosierra extensible hay que comprar preferiblemente marcas reconocidas, en este tipo de equipos la marca si es importante ya que incide en la durabilidad, la disponibilidad de servicio técnico y el acceso a repuestos.

Por otro lado es importante que el operador sepa manejar adecuadamente el equipo por su seguridad y la conservación del mismo, así como hay que considerar que deben realizarse mantenimientos continuos para asegurar su buen funcionamiento por un largo periodo, recuerde que es una inversión importante.

Y entonces ¿usted qué prefiere? ¿A mano o a motor?

Jorge Redmond, un “optimístico” del cacao venezolano

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Por Liliana Elias

Jorge Redmond no pasa desapercibido, su talento, aunado a su constancia y fe por Venezuela, lo convierten en figura pública y respetada. El presidente de Chocolates El Rey es un ejemplo de progreso y sentido común. Es, como decía su padre, un “optimístico” del chocolate al que le gusta hacer las cosas bien.

El balanceo de un vino tinto argentino –Las Moras-  bautizó el momento. Las luces tenues de un rincón del restaurante Leal, en Caracas, acentuaron la calidez del encuentro. El entrevistado, un hombre cuyo prestigio le antecede, con una prudencia proporcional a su altura, observador y reservado, pero de un humor encantador cuando se le sabe tantear, un señor del cacao y del chocolate en Venezuela, Jorge Redmond, el visionario detrás de Chocolates El Rey.

Para los venezolanos es muy familiar toparse en algún estante con un empaque de El Rey. Ya nos resulta familiar el término “cacao 70%”, e incluso eso de “Carenero Superior”. Las tabletas del logo en letras doradas cursivas se ha convertido en regalo obligado de quienes parten a otras geografías y esperan mostrar la mejor cara de un país reconocido a escala mundial por su excelente cacao. Hoy conoceremos el lado humano de una marca que evoca felicidad, los conceptos, principios y criterios del propulsor de una industria de sabores y aromas embriagantes.

La tableta San Joaquin ha sido una de las más reconocidas a escala mundial

El Rey desde 1929

La realeza del chocolate comenzó hace más de 86 años en Caracas como parte de la iniciativa de dos emprendedores: José Rafael Zozaya y su suegro, Carmelo Tuozzo, quienes le vendieron a Jorge Redmond 45% de la compañía. Al cabo de un año, el resto de las acciones. Bastó su visión y sentido comercial para darle a El Rey una vuelta de timón hacia un éxito que hasta hoy ha sido indetenible, el despertar de un titán hecho de cacao venezolano que arrasa en concursos mundiales y seduce los paladares más exigentes. Tabletas como Icoa y San Joaquín lo demuestran: El Rey coronó para quedarse.

–       Aunque el cacao venezolano goce de fama mundial por su excelente sabor y aroma, la industria no es precisamente la esperada. ¿Por qué estamos como estamos?

–       Creo que Venezuela es un país con enormes potencialidades, pero lamentablemente factores como el político y un nivel muy bajo de educación en algunos sectores han influido en la crisis. En Venezuela hay además, lo que Moises Nahím llama una “cultura de condominio” que nos hace estar pendientes de lo que ocurre de la puerta para adentro, sin darnos cuenta que también es fundamental atender al otro, estar pendiente de todo el entorno, y mientras eso no cambie pues es difícil divisar otro panorama.

–       ¿Sumaría a esto falta de unión en el sector privado?

–       Hay algunos individuos, sobre todo en el área de exportación, que trabajan por sí mismos y que no aportan nada a la industria, pero en la gran mayoría, sobre todo en el nicho y en los productores hay consenso, yo diría que los 80% de los productores están de acuerdo con lo que estamos haciendo.

¿Hay dificultades? Sí, pero también ha habido mucha unión. Lo que mueve a este país es el sector privado. Hay empresas pequeñas tienen ciertas flaquezas porque no conforman alianzas, son personas que hacen su propio esfuerzo casi en solitario, y hay que aplaudirlas por su intención de salir adelante, pero tienen que meterse mas en su comunidad, tienen que ir al sembradío, hablar con el productor, estar con los ingenieros agrónomos. El caso, por ejemplo, de nuestro ingeniero, Francisco Betancourt, es emblemático, él ayuda a los productores, a él lo quieren, lo respetan, tiene alta credibilidad ante ellos y ante la empresa, porque él está donde se le necesita, con la gente que lo necesita, así se hace la diferencia.

–       ¿Cómo ha sido la cultura de trabajo del productor venezolano?

–       Falta mucho por hacer, en Venezuela tiende a haber mucho cacique y poco indio, eso debe cambiar. Puede cambiar.

–       ¿Qué opinión le merece el aspecto político ante el tema cacao?

–       Venezuela está en peligro de perder su sitio entre los cacaos finos de aroma porque no se le está atendiendo como es. La situación actual es el resultado de políticas mal concebidas, e incluso falta de política. Tiene que venir un gobierno que primero, sea gobierno, y que sea competente para manejar el país. Hay que dejar la lealtad al concepto comunista que existe.

Ha habido muy poca disponibilidad política. Ahora eso podría cambiar ya que  hemos logrado que el Gobierno empiece a hacernos caso. Ya hemos conformado una especie de comisión entre el ente oficial, productores y empresas privadas para activar un plan de cacao que permita la apertura hacia la exportación, que es uno de nuestros grandes dramas en la industria del cacao.

Cacao para despertar a un país

Para Redmond, el tema del cacao en Venezuela refleja una situación muy difícil debido a que existe un sector agrícola empobrecido, con cerca de 56 mil hectáreas en producción y unos 17 mil productores bajo el peor índice de productividad del mundo, mientras en países como Ecuador, Perú y Colombia, que supieron olfatear el sentido comercial del cacao, producen por encima de los 800 kilos por hectárea.

–       ¿Es posible que el Venezuela lleguemos a esos niveles de producción y calidad?

–       ¡Por supuesto que sí! Tenemos que demostrar que podemos hacer lo mismo aquí, con tecnologia venezolana que por cierto, aprovechan los demás países para lograr lo que nosotros todavía no hemos logrado. Tenemos el know how, la gente, los accesos a los mercados internacionales, lo que está esperando ese mercado es que Venezuela reaccione.

El presidente de Chocolates El Rey mencionó una de las iniciativas que más mueve a los empresarios y a todo el sector en este momento, se trata del Plan 30×5, con el cual se espera elevar la exportación de 10 mil toneladas por año a 30 mil en cinco años.

Ecuador, potencia naciente de cacao

Mientras Venezuela celebra y padece al mismo tiempo la fama de contar con el mejor cacao del mundo, países como Ecuador han sabido apretarse el cinturón y convertir al cacao en un producto tan rentable que les permite obtener el 6% de su PIB de este grano tan delicioso como rentable. “Hace diez años, Ecuador producia 60 mil toneladas por año, hoy sobrepasan las 270 mil, es un jugador mundial de cacao”, asegura Redmond.

–       Usted ha tenido la oportunidad de interactuar con productores ecuatorianos. ¿Qué fue lo que más le impresionó de allá?

–       Lo que vi en Ecuador me dejó con la boca abierta. Vi una finca de 500 hectáreas que tiene todo lo que nosotros necesitamos tener y hacer aquí. Producen dos toneladas por hectárea mientras nosotros seguimos en 200 kilos por cada una. Manejan mucha tecnología y se esfuerzan para que la cadena alimentaria funcione como es. Queremos traer eso para acá. Pero eso cuesta, y hay que invertir.

Jorge Redmond: “estoy convencido que saldremos adelante”

Optimístico por encima de todo

Optimístico es un término que, aunque desconocido para cualquier diccionario de lengua española, para Redmond es muy cercano, “es por mi padre, quien por ser norteamericano pronunciaba algunas palabras a su manera” dice con la nostalgia a flor de piel. Esa palabra cuyo metamensaje juega con palabras como “optimista” y “místico” van muy bien con la personalidad de este súbdito del cacao, de este rey del chocolate.

–       Cuando se habla del caso Venezuela el panorama no es muy alentador. Pero usted cree en el cambio.

–       Yo creo que sí se puede pienso que Venezuela puede dar la talla, tenemos todo para eso. Chocolates El Rey ha demostrado con creces que cuando se quiere se puede, lo demás implica trabajo, el que venga con excusas escasamente logrará algo. Contra todo pronostico, El Rey enfrentó una situación difícil, le dio una vuelta y empezó a producir no solo para el mercado nacional sino que se dio a la tarea de exportar productos semi elaborados y elaborados y de competir a nivel mundial. Eso significa convertir al sector agroalimentario en trabajo. Icoa ganó un premio para todas las Americas, la tableta San Joaquin ganó medalla de bronce en los Premios Internacionales del chocolates en Nueva York, lo mismo en el concurso mundial en Londres donde también ganó. Todo eso parte desde Venezuela, entonces eso demuestra que la excelencia sí es posible.

–       ¿Bajo qué premisas actúa El Rey para contagiar ese sentido de excelencia a sus trabajadores?

–       Eso es parte del liderazgo que debes tener en el manejo de una empresa, nosotros esperamos que quien hace bien el trabajo lo haga también en su casa, el hecho de reciclar, por ejemplo, es una buena práctica. La gente aprende por los ejemplos de los demás.

–       Hablando de optimismo y excelencia, ¿qué aplaude de lo que se está haciendo con el cacao en Venezuela?

–       Dentro de poco vamos a tener mucho por qué aplaudir. Hay que diseñar planes a corto y mediano plazo, eso va a requerir una inversion importante y el Gobierno va a tener que definir una política de Estado para el crecimiento de la industria del cacao en Venezuela.

Corrupción galopante

La crisis que enfrenta Venezuela está marcada por un factor que, junto a la burocracia, condena al cacao a un estancamiento preocupante: la corrupción. Así lo señalan los expertos. Redmond coincide con esta afirmación.

–       ¿Cuáles han sido las principales piedras de tranca en la producción de cacao venezolano?

–       La corrupción y burocracia. Para transferir un cacao de un pueblito a otro debes tener un permiso del Gobierno y eso supone que hay que pagarle a alguien en la Guardia Nacional para tenerlo, eso entre otras mil cosas.

Exportación, dolor de cabeza de los empresarios

Los paralelismos se imponen en un país que, antes de depender del petróleo, figuraba como el primer país exportador de cacao, y que hoy en día se encuentra entre los últimos, con escasas 10 a 17 mil toneladas por año.

–       ¿Por qué el tema de exportación representa una espada de Amocles para los productores?

–       Por la burocracia que este Gobierno ha impuesto. Hace 17 años, por ejemplo, para exportar un container hacía falta cuatro pasos.  Ahora son 90 pasos y 19 ministerios. El Gobierno supone controlar, pero eso no es verdad, tienen una fuerte desconfianza hacia el sector privado, cuando lo que mueve la economía de un país es el sector privado, los empresarios.

Si alguien te solicita un pedido de Japón puedes tardar cuatro meses solo en llenar papeleo. ¿Qué sentido tiene -en términos de competitividad- esto para el país? ¡Nada! El cacao padece los embates del tiempo que pasa a la espera de su exportación.

El lado humano

La entrevista prosiguió bajo la sazón y recomendaciones del propio Edgar Leal, quien se acercó para saludar a su gran amigo, la complicidad entre ambos denotaba mucho respeto y fraternidad.  Un delicioso magret de pato pedido por Redmond, llenó de sabor y colores la mesa en la que también desfilaban un Lomito con salsa de mostaza espectacular y patas de cerdo deshuesadas rellenas con mouse de aves

Entre bocado y bocado, la conversación tomó otro rumbo, más humano, y Redmond,poco a poco, fue revelando su lado cotidiano.

– ¿A qué se ha enfrentado desde su trinchera para defender el cacao?

– A un sector del país donde nadie le da la importancia a hacer las cosas bien, pero en la medida que uno demuestra que cuando quiere puede, se van logrando las metas. Eso tiene mucho que ver con mostrar que las ideas son factibles, nuestra idea es que Venezuela será otro país cuando el cacao funcione, eso se puede. Lo demás es trabajo.

Sobremesa

–       ¿Cuál es el cacao que más disfruta?

–       Es un tema de gran discusión, no diría que hay uno mejor que otro, depende de muchos factores, incluso la hora en que lo consumes. Es difícil contestar eso.

–       ¿El mejor momento para comerse un chocolate?

–       Bueno… Yo no debería porque soy diabético, jajaja, pero sí lo pruebo constantemente. No hay una hora especial, es cuando el cuerpo te lo pide, eso de que el chocolate es un alimento de dioses se refleja en ese disfrute.

–       ¿Qué música le gusta?

–       Me gusta mucho la música clásica, me gustan todas, salvo ese rock eléctrico, no lo disfruto… Puedo bailar un merenguito, si me obligan, jajaja…

–       ¿Un momento inolvidable?

–       Hay momentos de gran placer y de gran tristeza: el 12 de abril fue de los peores. ¿Momentos de alegría? El nacimiento y graduación de mis hijos, algunos viajes que hemos hecho juntos.

–       ¿Un lugar espectacular?

–       El más espectacular es el que todavía no he visto

–       Jorge Redmond en tres palabras:

–        Son dos… jajaja. Me gustaría pensar que soy un buen ciudadano

–       ¿Una virtud?

–       Me río bastante. Lo demás debería decirlo, no yo. Una virtud… Este… no sé. ¡Qué mal entrevistado!

–       Para nada. ¿Un defecto?

–       Ser impaciente.

–       ¿El valor de la amistad?

–       Muy importante, la amistad y la familia son importantísimos, y mucha gente no valora eso.

–       ¿Una película que lo haya marcado?

–       Cuando voy al cine o veo tele lo hago para entretenerme, no para pensar, yo me relajo. Casablanca, por ejemplo, es una película espectacular, uno la disfruta, hay un arte allí, un fondo.

–       ¿A qué le teme?

–       A la estupidez, a la irracionalidad. Sobre todo en un país donde le tuerto es rey, la gente toma decisiones sin pensar y eso es terrible para la sociedad. Pero como yo soy optimistico…

–       ¿Sin qué cosa no podría vivir?

–       Sabes que lo he pensado… A veces pienso que es el Ipad, pero no es verdad. Uno siempre puede vivir sin muchas cosas cuando lo ponen a prueba.

–       Venezuela en una expresión:

–       No hay una, Venezuela es una maravilla con muchos problemas a enderezar. Venezuela es mi hogar

Y así culminó el encuentro con un roble del cacao, un lingote de confianza y trabajo llamado Jorge Redmond, un optimista que le entrega toda su experiencia a un país que necesita gente pujante y enfocada en salir adelante, en este caso, activando con todos los hierros la industria más dulce de Venezuela: el cacao.

 

La achocolatada historia de Savoy

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Por Adriana Gibbs

Fotos: Natalia Brand @Gastrobrand

Para muchos Savoy es una palabra que incita a la alegría. ¿A quién no le ha cambiado el ánimo un Cri Cri? ¿Quién logra resistirse al encanto del afamado Toronto o de un Carré? Y también, a no pocos venezolanos, estos chocolates les conducen a la nostalgia de la niñez. Esta marca ha arribado a 75 años. “Desde 1941 la historia del venezolano sabe y huele a chocolate Savoy. Esta palabra ese sinónimo de tradición”, destaca Andreína Quiñones, su Gerente de Marca. Aquí se presenta, cronológicamente, su periplo:

1941: Los hermanos austríacos Roberto, Fernando y Rodolfo Beer se asocian con un venezolano de raíces escocesas, John Millar, y registran la fábrica Savoy, cuyo nombre se debe a la admiración que le tenían al hotel londinense Savoy. El capital inicial fue de Bs. 80.000. Empezaron en una fábrica en El Valle con unas máquinas que poseía Millar para hacer chocolate de leche y amargo.

1949: Se lanzan en grageas los productos Toronto, Ping Pong, Boston y Bolero.

1956: Tres novedades en el mercado: Susy, Cocosette y Samba.

1969: Abren una fábrica en Boleíta que amplió la producción de sus elaboraciones.

1970: Debutan dos productos: el chocolate para taza y el chocolate con arroz inflado.

1980: Este chocolate con arroz inflado se bautiza con el nombre de  Cri Cri

1988: Savoy pasa a formar parte del portafolio de Nestlé.

Savoy forma parte de la vida del venezolano desde hace 75 años

1991: Por el 50 Aniversario de Savoy se lanza el chocolate Edición Especial, que viene a ser un antecedente de la tableta Carré.

1998: Se inaugura la planta Santa Cruz, ubicada en el estado Aragua, que significó un cuantitativo crecimiento para la marca.

2007: Se lanza el chocolate Carré.

2011: Se estrena la línea de untables de Savoy con Coconut, y la línea de tabletas para postres.

2012: Comienza el Plan Cacao Nestlé en los estados Aragua, Mérida y Sucre. “Es un programa de apoyo integral al productor de cacao, cuyos objetivos se basan en la capacitación técnica a los agricultores para el manejo del cultivo, apoyo directo en la mejora de las fincas, promoción del mejoramiento genético de las mismas, estimular la cooperación entre agricultores y capacitarlos en prácticas de post-cosecha (fermentación), todo ello sin costo para el productor. Más de 900 productores que integran el programa han logrado mejorar su calidad de vida y la de su familia y se han entregado más de 200.000 plantas a agricultores”, detalla Quiñones.

2016: Se cumplen 75 años de Savoy.

El Cri Cri, uno de los favoritos de los venezolanos

Sabías que…

  • Nestlé cuenta con un Museo del Chocolate, ubicado en la Fábrica Santa Cruz de Aragua. Recibe un promedio anual de 18.000 personas, entre niños y adultos, procedentes de diversas ciudades, que allí dan un paseo temático que ofrece información sobre el cacao venezolano y su proceso para convertirlo en chocolate.
  • El tiempo de elaboración de una tableta en la planta Santa Cruz es de 6 a 10 horas en promedio.
  • Un panel de cata en la Fábrica Santa Cruz de Aragua tiene el riguroso y envidiado trabajo de evaluar todos los días a distintas horas cada una de las elaboraciones de Savoy.

Venezuela posee el único Banco de Germoplasma de Cacao Criollo Porcelana en el mundo

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Por Joselina Rodríguez

Fotos: Liliana Elías

A 40 msnm específicamente en el Municipio Colón del estado Zulia, se encuentra el Banco de Germoplasma de Cacao Criollo Porcelana, único laboratorio natural en el mundo que cuenta con una superficie de 6 hectáreas de este tipo de cacao. De esta manera lo dio a conocer Iraima Chacón, Coordinadora del Centro Socialista de Investigación y Desarrollo del Cacao (Cesid-Cacao), quien a su vez señaló que este Banco tiene por objetivo colectar, evaluar y conservar materiales cacaoteros de interés en áreas naturales de observación.

“Este Banco ubicado en las instalaciones del Cesid-Cacao en Corpozulia, es el lugar donde por 36 años se ha estudiado, conservado y caracterizado el Cacao Criollo Porcelana tanto a nivel morfológico como molecular. Morfológico, por su estructura física y sus características cuantitativas, y molecular porque se ha analizado su ADN a través de marcadores microsatélites”, explica.

Iraima Chacón, ingeniero de Corpozulia, encargada de velar por el bienestar banco de Germoplasma
Iraima Chacón, ingeniero de Corpozulia, encargada de velar por el bienestar del banco de Germoplasma

Al ser un laboratorio natural que conserva la diversidad genética del Cacao Criollo Porcelana, este Banco de Germoplasma ha logrado atraer la atención de científicos, maestros chocolateros, estudiosos y demás amantes del cacao en el mundo, gracias a sus cualidades organolépticas. De acuerdo a Chacón, quienes visitan este lugar se quedan maravillado por el material altamente productivo que se puede observar.

“Cuando se habla de cacao criollo porcelana se habla de un tipo de cacao exclusivo, por su único sabor y aroma. Por eso este banco ha sido visitado por la mayoría de los chocolateros del mundo, porque alberga uno de los mejores cacao, el mismo que fue cultivado, adorado, seleccionado, aislado en las montañas de Sur del Lago y cuidado por nuestros indígenas. Ellos sabían que este cacao era especial y único”, expone Chacón.

De esta forma identifican algunos de los árboles del banco de Germoplasma en Corpozulia
De esta forma identifican algunos de los árboles del banco de Germoplasma en Corpozulia

Según la experta, las plantaciones que se visualizan en este Banco de Germoplasmahan servido para la realización de injertos de cacao y la propagación de nuevas plantas, que posteriormente son entregadas a los productores de Sur del Lago. Destaca que existen características específicas que han permitido estudiar, seleccionar, preservar y multiplicar el material que se tiene en el Cesid-Cacao.

“Dentro de las cualidades que presenta este Banco se debe mencionar que las plantas cacaoteras fueron sembradas con sombra permanente del bucare y el zapote rojo, mientras que para la sombra temporal se emplearon plantaciones de plátano. Asimismo, es importante destacar que los árboles cacaoteros están sembrados de 3 metros por 3 metros de distancia, para así lograr una alta densidad de las plantas”, señala.

Cacao porcelana, el más buscado

Para Chacón, este Banco de Germoplasma constituye un centro de referencia mundial donde se encuentra el verdadero cacao criollo porcelana, caracterizado por su sabor, aroma y textura completamente diferente a las demás variedades de cacao.Dicho laboratorio cacaotero fue fundado hace 36 años atrás como parte de un convenio entre el Fondo Nacional de Cacao (Foncacao) y el antiguo Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Fonaiap). Una vez disuelto dicho convenio, Corpozulia retoma la idea de seguir conservando el material genético, promoviendo así el desarrollo del cacao criollo porcelana, reconocido hoy en día como uno de los mejores cacao del mundo tanto a nivel nacional como internacional.

Jean Carlos Pinto, “el cacao retribuye el amor que le das”.

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Por Joselina Rodríguez

El boom petrolero que arrancó del campo a muchos jóvenes venezolanos y los condujo a las ciudades, comienza a revertirse gracias al fenómeno sociológico conocido como éxodo urbano, incrementado bien sea por la crisis económica, el desempleo o la búsqueda de un nuevo estilo de vida alejado de la contaminación, el tráfico y las preocupaciones. Jean Carlos Pinto, propietario de la finca cacaotera “Los Tulipán” en el estado Mérida, es el retrato vigente de este movimiento migratorio que ha tendido a multiplicarse a lo largo y ancho de Venezuela.

A pesar de no haber nacido en el campo, este joven marabino confiesa su pasión por la naturaleza, gracias a la belleza y tranquilidad de sus paisajes que lo transportan a otro mundo. Su inserción en el sector cacaotero ocurre gracias a su amistad con el Presidente de Chococao, Armando Parra, quien hoy en día cuenta con el centro de acopio de cacao más importante de Sur del Lago, así como un equipo de asesoría para los emprendedores cacaoteros.

“Hace año y medio Armando me invitó a conocer las instalaciones de Chococao y desde ese instante quedé encantado con las bondades de esta semilla. Justo en ese momento pensé: es aquí donde voy a invertir. Porque además de ser un cultivo noble, si se trabaja con esfuerzo, constancia y dedicación, la retribución económica que genera te permitirá mejorar tu calidad de vida”, puntualiza.

Desde esa visión hasta la concreción de la idea transcurrieron 3 meses, en los cuales Pinto se tomó la tarea de buscar una finca con plantaciones desarrolladas. Hace exactamente un año consiguió el espacio indicado, bautizado hoy como finca “Los Tulipán”, con una extensión de 23 hectáreas sembradas de diversos tipos de cacao, así como otros rubros alimenticios para el consumo personal.

“Cuando conocí esta finca quedé enamorado de ella. Aunque no estaba en condiciones óptimas al 100%, mi visión por recuperarla me hizo trabajarla con mucho más esfuerzo y dedicación. Al principio fue un poco difícil despegarme de mi familia, mis amigos y mi entorno citadino, sin embargo el esfuerzo ha valido la pena, porque hoy ya cuento con 19 mil plantaciones”, comenta.

En este bosque de cacao se pierde Jean Carlos todos los días para velar por su producción

Jornada laboral 

Muchos de los jóvenes que han decidido migrar de la ciudad al campo, lo han hecho más por obligación que por convicción. En el caso de Jean Carlos Pinto, su pasión por la semilla lo llevó a adquirir una finca cacaotera con el objetivo de hacer crecer su plantación y vender el producto posteriormente. Aunque no se ha mudado de forma definitiva a la finca, transcurre más tiempo en ella que en su propia casa ubicada en Maracaibo.

“Desde que adquirí la propiedad paso más tiempo aquí, que en la ciudad. En época de cosecha mi jornada inicia desde las 8 de la mañana hasta las 4 de la tarde, tal cual un horario de oficina de lunes a viernes. A veces son 12 horas seguidas y no, no me aburro para nada porque siempre hay algo nuevo que hacerle a las plantas. Ellas, como seres vivos que son, te dicen qué necesitan cada día y tú debes proporcionárselo si quieres verlas felices, esbeltas, saludables, uno aprende a escuchar al cacao y a darle lo que necesita”, expone.

Para este joven licenciado en Relaciones Industriales, el campo simboliza calidad de vida y desarrollo sostenible, dos elementos importantes que al fusionarse con el cacao, arrojan resultados increíbles a nivel social, económico e incluso turístico. Retomar la tierra y volverla a trabajar, no sólo garantiza alimentos para el futuro, sino también genera fuerza de trabajo para las comunidades, inunda de nuevas experiencias a los jóvenes y no tan jóvenes, y le otorgan un valor agregado a la semilla codiciada por los mercados internacionales.

“Y eso es posible gracias al trabajo mancomunado que se realiza en equipo. Para mí la mano de obra de mis trabajadores es muy importante, porque gracias a su constancia y dedicación hemos podido alcanzar las metas propuestas. No darle valor a ellos, es como no tener finca”, comenta Pinto.

Cacao Sur del Lago, parte esencial de los cultivos de Jean Carlos

El campo apremia

Detrás de ese impulso y protagonismo que se le está dando al cacao producido en Sur del Lago, se encuentran los productores jóvenes que hacen vida en esta región del país, quienes están demostrando que es posible desarrollar negocios exitosos y sostenibles estando lejos de las ciudades.

Un retrato de ello ha sido Jean Carlos Pinto, quien considera que “todo ese amor que le das al cacao, él te lo retribuye, él te lo devuelve con creces”. Afirma que “el campo apremia y no hay duda alguna que muchos jóvenes lo están comprobando en otros lugares de Venezuela. Nosotros lo estamos haciendo aquí, en Sur del Lago. Estamos invirtiendo y nos está yendo muy bien, y no sólo lo estamos realizando con fines lucrativos, sino también con el compromiso de seguir posicionando la semilla como una de las mejores del mundo”. En esta travesía lo acompaña su esposa Bethziel, quien a pesar del cambio tan abrupto que ha significado adentrarse en el campo, espera ayudar a su marido a cumplir su sueño y ser parte de él.

Jean Carlos y Bethziel, un matrimonio que espera cosechar familia y cacao en Sur del Lago

Así como Jean Carlos, existen muchos venezolanos que están construyendo país bien sea con granitos de arena o con granitos de cacao, siendo ellos la prueba fehaciente de que para alcanzar los sueños, es necesario realizar algunos sacrificios que, al final del camino, fortalecen al ser humano. Sea cual sea la actividad que estén desempeñando, estamos seguros desde Vivaelcacao.com que si lo hacen con cariño, esfuerzo, continuidad y paciencia, en poco tiempo podrán recoger los merecidos frutos.

 

Buenas prácticas agrícolas, enfermedades y calidad del cacao

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Texto: Juan Pablo Crespo

Fotos: Liliana Elías

Como quien cuida de una rosa para que termine inmaculada en las manos indicadas, así debe ser atendido el cacao a lo largo del camino que le llevará hasta su destino final, y cuando se trata del mejor cacao fino de aroma del mundo como el venezolano, la dedicación tiene un perfil especial para preservar sus cualidades únicas.

La planta tropical Theobroma cacao es blanco frecuente de diversas enfermedades como la monilia o la escoba de bruja, así como de plagas que afectan al tronco, hojas o frutos y que suelen responder a las condiciones climáticas de la zona, del manejo de cultivo, del microclima existente en el cacaotal o del ciclo de vida de los insectos.

Tanto enfermedades como plagas son, según expertos nacionales e internacionales, factores de peso en la disminución de la producción de cacao. Así que mantener la guardia siempre en alto y trabajar en equipo es clave.

Un inadecuado desempeño en la postcosecha puede marcar además la diferencia entre un cacao apetecible o no para los mercados internos o externos. En la postcosecha están involucradas una serie de etapas sensibles a la contaminación del cacao, sobre todo en la fermentación y el secado.

La semilla puede ser infectada por gérmenes como hongos y bacterias, así como plaguicidas, herbicidas o metales pesados. Mantener la inocuidad durante la producción, almacenamiento y distribución es una labor que requiere de  un inquebrantable compromiso con la excelencia.

No se trata de eliminar los riesgos porque en la agricultura estos nunca llegan a cero, pero Venezuela sí debe montarse sobre los rieles de las buenas prácticas agrícolas para minimizarlos y aumentar la eficiencia y productividad.

Enfermedades y plagas afectan la producción de cacao

Un dolor de cabeza global

“Las enfermedades son el principal factor biótico que afecta al cacao a nivel mundial, lo que sumado a los efectos del cambio climático pone en riesgo las plantaciones actuales, sobre todo aquellas uniformes conformadas por materiales susceptibles. Cuando las condiciones ambientales son favorables a enfermedades como la moniliasis o la escoba de bruja, es frecuente obtener pérdidas que superan el 60% de la producción en plantaciones mal manejadas”, nos explica Wilbert Phillips-Mora, líder del Programa de Mejoramiento del Cacao del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) con sede en Costa Rica. “En Latinoamérica se observa un incremento en los daños por estas causas que obligan a redoblar los esfuerzos en el desarrollo y uso de variedades tolerantes como las desarrolladas por el CATIE, pero también en prácticas agrícolas de control y manejo de la plantación más eficientes y sistemáticas”, agrega el fitopatólogo amante del cacao.

En Venezuela

El tema de las enfermedades del cacao es tan extenso como complejo, y en Venezuela se presentan particularidades entre las diferentes regiones productoras. Sin embargo, Ramón Vidal, ingeniero agrónomo del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (Inia) nos dice que en los estados de mayor superficie y producción como Sucre (Oriente) y Miranda (Centro) las enfermedades más frecuentes son la escoba de bruja causada por el hongo Moniliophthora perniciosa, la pudrición parda de la mazorca y cáncer del tronco causadas por el hongo Phytophthora palmivora y otras especies de Phytophthora.  “En el árbol causan malformaciones en ramas, daños en el tallo y en algunos casos muerte de la planta”.

Las medidas de control se orientan hacia el uso de variedades resistentes, prácticas culturales, uso de biocontroladores y en algunos casos aplicaciones de fungicidas, según expone Vidal.

Sobre la escoba de bruja, el bioquímico Jaime Flores, representante en Venezuela del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), recomienda implementar también buenas prácticas culturales a nivel de campo que involucren la limpieza de la finca. “Las enfermedades en cuestión y en especial la escoba de bruja está muy relacionada con el sentido común. Donde se tengan desperdicios o el nicho para el desarrollo de plaga o la enfermedad, allí se generarán los focos para la contaminación”.

Otros estados venezolanos presentan enfermedades como la moniliasis del cacao, antracnosis, muerte regresiva, mancha de agua y agallas, entre otras.

El tema de los insectos plagas merece un capítulo aparte, que exploraremos en otra entrega. No obstante, Vidal adelanta que los más importantes son “los perforadores del tronco (Escolitidos) y varias especies de perforadores de los frutos, pero su incidencia varía de acuerdo con las zonas de producción”.

Las enfermedades varían de acuerdo a la zona

Monilia, problema clave

El CropLife Latin America dice que la monilia en Venezuela está diseminada en el occidente del país y causa pérdidas superiores al 50% de la cosecha en plantaciones con bajo nivel de tecnología. El CropLife Latin America es una organización gremial internacional que representa a la industria de la ciencia de los cultivos y trabaja por una agricultura sostenible y productiva en el marco de las buenas prácticas agrícolas.

Desde la Estación Central Chama del Inia-Zulia, Raisa Rumbos explica que coincide con los datos del CropLife sobre el impacto de la monilia en el occidente venezolano e, incluso, agrega que el hongo (Moniliophthora roreri) “produce pérdidas en la zona entre un 50% y un 80%, y hasta de 100% en el peor de los casos”.

La moniliasis se ensaña contra los cacaos híbridos con tendencia a forasteros, con más sangre forastera y contra los forasteros como tal.

La experiencia de campo le ha indicado a Rumbos que el hongo en cuestión no ataca al cacao porcelana (típico de Sur del Lago) porque tiene resistencia a la monilia, como el San Juan 1 y el San Juan 3. “Esta resistencia está presente igualmente en el Cacao Guasare”.

La investigadora PI7 y fitopatóloga explica que es fundamental reconocer los cinco principales síntomas de la moniliasis: “Giba (abultamientos), mancha parda amarillenta, puntos aceitosos, la mancha de chocolate y los frutos momificados esporilados” (esporas del hongo que pueden infectar otros frutos o plantaciones sanas).

Desde el Sur del Lago, la también ingeniero agrónomo Iraima Chacón, coordinadora del Centro Socialista de Investigación y Desarrollo del Cacao (Cesid-Cacao), adscrito a Corpozulia, señala que luego que la enfermedad se instala en una plantación “no se puede eliminar, pero sí es posible controlar su incidencia”.

Chacón estima que con buenas prácticas agrícolas como la poda, control de maleza y drenajes, cosecha oportuna de los frutos y la regulación del  sombrío se puede revertir en una proporción equivalente el impacto que la moniliasis  ocasiona.

Acota que desde el Cesid-Cacao están preparando constantemente a los productores para que reconozcan los síntomas de la enfermedad que describió como muy invasiva.

Los estados Zulia, Mérida, Trujillo, Táchira, Barinas y hasta Apure son los más afectados por la monilisis, que puede atacar tanto en verano como en invierno, pero se hace notar más durante la entrada de las lluvias.

Oído al tambor

Jaime Flores nos advierte igualmente que estudios del IICA han podido determinar que enfermedades del cacao prevalentes en el Sur del Lago como la moniliasis se propagan hacia el Centro y Oriente de Venezuela, como Barlovento (Miranda) y hacia el estado Sucre debido a la falta de controles y por un inadecuado transporte del material genético.

En este punto, Chacón indica que la moniliasis “también ha sido reportada en el estado Amazonas”, al sur de Venezuela.

Otras enfermedades con más o menos presencia en el occidente son la antracnosis (Colletotrichum gloeosporioides), la muerte súbita o repentina (Lasiodiplodia theobromae), la mancha de agua (Phytophthora megasperma), pudrición parda o cáncer del tronco, ramas o raíces (Phytophthora palmivora), la misma escoba de bruja y agallas del cacao.

Las buenas prácticas agrícolas son indispensables

¿Sin directrices?

La calidad del cacao está también estrechamente relacionada con la postcosecha, etapa en la que explotan esos sabores y olores tan característicos que cautivan al mundo. Pero más allá de las enfermedades, plagas o contaminación a la que pueda estar expuesta la semilla, en el país debe ocurrir un cambio de chip para dar un paso adelante en materia de buenas prácticas agrícolas. De lo contrario, salir del estancamiento productivo será cuesta arriba.

“Aunque podamos tener los mejores cacaos del mundo, el mal manejo de la postcosecha podría afectar no solo las características organolécticas, sino también su inocuidad”, apunta Flores, quien tiene una maestría en Gestión de la calidad.

“Es necesario concientizar al productor de que existen prácticas diferentes a las tradicionales, con una visión agroecológica. Luego hay que llegar al proceso de difusión, educación y seguimiento. No basta con capacitar al productor, el secreto está en los programas de extensión y acompañamiento.  No basta tampoco solo saber cuáles medidas implementar para controlar una plaga o enfermedad, sino tener políticas y programas sanitarios que contengan las fases de prevención, control y la erradicación si esta última se pudiera hacer”.

Otros estudios realizados por el IICA en Venezuela han concluido que un mal manejo de la postcosecha puede provocar contaminación del cacao, una como la ocratoxinas A producida por un hongo micotoxigénico y otra contaminación menos conocida con salmonella. “Existen procesos empíricos como aquellos en los que la semilla es secada en patios que tal y como se realizan pueden afectar la inocuidad por micotoxinas o por salmonella”, señala Jaime Flores.

La asistencia técnica al productor es fundamental

Buenos ejemplos

En contraste y a pesar de que el país pareciera no posee directrices de buenas prácticas agrícolas, sí existen algunos buenos ejemplos que, por citar ahora solo uno, están conscientes de la importancia de ofrecer alimentos de calidad ajustados a los procesos de inocuidad y para ello despliegan planes de fomento y de desarrollo agropecuario con sus proveedores. “Nestlé tiene un programa llamado Plan Cacao, con el que  no solo  promueven viveros con variedades de cacaos finos de aroma, sino que también asisten en materia de las buenas prácticas agrícolas”, señala Flores, un ecuatoriano con 12 años en Venezuela. Igualmente, el país cuenta con un manual de tecnología moderna para el cultivo denominado El cacao en Venezuela, de Humberto Reyes y Lilian Capriles, investigadores y propulsores de la siembra del cacao cuya bibliografía es referencia nacional para todos los interesados en el tema.

Desde la tierra o la postcosecha las buenas prácticas agrícolas son una herramienta indispensable para fortalecer la calidad de nuestros cacaos, amenazados por una larga lista de enfermedades y hasta plagas que ponen en riesgo constante la producción, con las implicaciones socioeconómicas que esto conlleva.

El mejor cacao del mundo, el venezolano, merece y requiere de una atención integral que solo puede mantenerse con un trabajo en equipo concatenado y de largo aliento.